Se trata de los empleados públicos que reclaman la nulidad de la Convocatoria 437 de la Comisión Nacional del Servicio Civil, tras advertir que presenta una serie de inconsistencias que lo llevan a rayar en la frontera de “concurso amañado”. Esa característica, excluiría millares de colombianos que anhelan ocupar uno de los cargos públicos que se ofertan en la Gobernación del Valle del Cauca y la Alcaldía. Se viola el derecho a la igualdad, aseguran.
Roberto Perdomo, el presidente de Sintraserpcol, nos recibió a primera hora de hoy en la carpa que levantaron frente a la histórica plaza de Cayzedo, en pleno centro de Cali, luego de que el cura párroco de la catedral de San Pedro presionara su salida, con medidas como impedirles —inicialmente— el uso de los servicios sanitarios. “Pero, bueno, eso ya se resolvió. Ahora estamos acá, sacando el problema de la parroquia para que todo el mundo lo conozca”, nos dice con el entusiasmo que les caracteriza y que no mengua pese a llevar más muchas horas sin consumir alimentos.
Lo curioso, que reclamen la intervención de la Comisión Nacional del Servicio Civil para que atienda sus demandas, pero al mismo tiempo afinquen su fe en Dios de que todo saldrá bien.
“Nos han dicho que por el calor insoportable que está haciendo en la ciudad por estos días, la deshidratación es más rápida. Pero la fe nos acompaña y vamos a seguir hasta el final”. Mientras grababa la entrevista, recordé aquel celebre ensayo del padre Camilo Torres Restrepo, publicado en 1965, donde dice que el cristiano no puede ni debe marginarse de las luchas sociales (ver).
“Hoy leímos el Salmo 23, donde dice que Dios es nuestro Pastor. Y eso reavivó nuestra fe”, nos dice una de las sindicalistas que declinó dar su nombre, porque, igual, temen que los desvinculen de sus trabajos. Ella y dos compañeras más, cabezas de familia, están en esta huelga de hambre desde que comenzó. Sus hijos están en casa, solos. Ellos, de la misma manera, rezando que las cosas salgan bien.
Es la primera vez en la historia del país, y podría usted comprobarlo con una simple búsqueda en Google, que evangélicos se declaran en huelga de hambre y asumen, en sus comunicados, un postulado que rompe los esquemas: “De la mano de Dios por la estabilidad laboral y calidad de vida”. Extraño, singular, único. Las cosas que pasan en Colombia, de las que poco se habla.
Hasta el final
Para el presidente de Sintrasepcol, Roberto Perdomo Lara, la Convocatoria 437 de la Comisión Nacional del Servicio Civil se materializará en su primera etapa el próximo 8 de septiembre, cuando se llevarán a cabo las pruebas. Esta fase permitirá seleccionar a quienes, al final del proceso, entrarían a ocupar los cargos vacantes.
“Si no hay claridad en los términos, muchas personas que aspiran a trabajar con el Estado, no podrán hacerlo y, quienes hoy ocupan los cargos en condición de provisionalidad, quedarán excluidos y en el asfalto”, explica tras señalar que la Comisión Nacional del Servicio Civil debe atender las demandas sobre las cuales ya se ha fallado. Precisa que deberían, en derecho, declarar la nulidad de la convocatoria. Igual ocurriría en otros lugares del país. Es un efecto dominó.
Este dirigente sindical estudió su formación teológica para pastor evangélico. Y, de hecho, está activo en una iglesia cristiana, en el sur de la ciudad. Pero aclara que el ejercicio de su fe —aun cuando le han criticado— no riñe con la decisión que les asiste, a él y a sus compañeras de creencias, de seguir adelante en su empeño.
A su turno otro pastor cristiano, que les acompañó, se manifestó a favor. “Si es Señor Jesús estuviera materialmente de pasón por Cali, lo mínimo es que habría venido a darles una voz de apoyo”, señaló Fernando J. Barco, quien forma parte del pastorado en una iglesia del Distrito de Aguablanca.
Hubo gente que se opuso a la ocupación de la catedral San Pedro. Les gritaban verdulerías. “Sí, y hemos pedido a través de los medios de comunicación que nos perdonen si en algo les ofendimos. Pero es parte de nuestra forma de visibilizarnos porque lo que viene es grave: más de seis mil personas quedarán sin empleo, esto sin contar que quedaron marginados del concurso infinidad de profesionales, muchos de ellos recién salidos de la universidad”, razona Roberto Perdomo Lara.
Una convocatoria muy costosa
Por la convocatoria, la Gobernación del Valle del Cauca y la Alcaldía debieron cancelar $6.000 millones y la Secretaría de Educación Departamental todavía no ha podido cancelar la cuota que le corresponde. Para Roberto, es un costo muy alto para que se realice con tantas falencias.
Esta apreciación es compartida por Sindicato Unitario de la Gobernación del Valle —Sugov—, organización para la cual aun cuando detener el proceso de convocatoria a pruebas parece imposible, sería lo más justo, en particular para las personas que aspiran tener un cargo en propiedad para trabajar con el gobierno.