Gabriel José de la Concordia García Márquez, nuestro nobel de literatura de 1982, fue un ser excepcional de carne y hueso, que convirtió sus vivencias en un realismo mágico, con tal fuerza capaz de hechizar a Latinoamérica y al universo. Reconozco haber sido uno del puñado de querellantes hacia Gabo, por no haber hecho nada aparentemente en favor de su pueblo Aracataca-Magdalena, como si él fungiera también de Ministro de Obras Públicas o de gestor de proyectos; estaba equivocado. Exigencias impropias al nobel, porque si hay algo que se le debió reclamar fue su regreso a esta patria, luego de cesar las causas del exilio para tener una vida más activa en el plano político nacional, quizás mucho hubiese conseguido, pero insisto, tampoco ésta osada crítica clasifica, porque eso no era lo suyo, lo del hijo del telegrafista eran los reportajes, las letras y el vallenato auténtico. Gabo, no repetía palabra en un parágrafo, su pluma fue inteligente y estratégica, tenía una sencillez envuelta de exclusividad cuando se juntaba con los amigos y extraños, tan enigmático fue que quienes conocieron sus entrañas, no dudan en calificarlo de humanitario, respetuoso del alma ajena. Al esposo de Mercedes Barcha, se le criticó también por su amistad cercana con el líder revolucionario Fidel Castro, ratificando que en Colombia, es fácil asociar a los libres pensadores con la guerrilla, señalamientos infundados como si los insurgentes fuesen los únicos capaces de pensar. Error general. Gabriel García Márquez, no fue guerrillero, más sí de pensamiento liberal-socialista, donde solo desenfundó un arma en sus personajes novelescos, siendo esas obras macondianas, las que hoy lo inmortalizan, así les duela a aquellos pocos twitteros mentecatos usurpadores de fama. Sin embargo, mal podríamos endilgarle a Gabo, responsabilidades más allá de su competencia, las Letras. En contexto: 1. El estudiantado medio siglo leyendo literatura garciamarquiana. 2. Las Farc se comprometieron hacer la paz luego de la muerte de nuestro nobel, ojalá cumplan y dejen de asesinar colombianos. 3. Hasta siempre “José Arcadio Buendía, Santiago Nasar, Florentino Ariza, Eréndira, Juan Sáyago, Coronel Aureliano Buendía”, descubriste muchas realidades ocultas, a pesar de tus errores forzados, porque fuiste mortal, ahora eres leyenda. @joselmontesr
