Hay un mal que dura dos días. Como mucho, tres. Su época de oro suele ser el otoño, entre octubre y noviembre. Pero no hay que cantar victoria ni antes, ni después: cuentan que también hay picos en verano e invierno. La gastroenteritis, una enfermedad que cada año experimentan miles de personas, se va como viene. En cuanto a por qué llega, los expertos identifican causas variadas. En un informe de la Clínica Universidad de Navarra, perteneciente al Opus Dei, apuntan –entre otras– a la homosexualidad y la promiscuidad.
Estas conclusiones aparecen en el informe sobre gastroenteritis aguda incluido en las guías de actuación en Urgencias de dicho centro, que cuenta con sedes en Pamplona y Madrid. Según consta en su código ético, “cuantos trabajan en la Clínica han de actuar de acuerdo con las normas de la ética profesional, conforme a las enseñanzas morales de la Iglesia Católica”.
Del mismo modo, “todas las actividades de la Clínica –asistenciales, de investigación, etc– deben respetar rigurosamente la vida de las personas desde el comienzo de la existencia en la fecundación, hasta su fin en la muerte natural, así como los principios de la moral católica sobre los aspectos relativos a la sexualidad y procreación humanas”.
El estudio sobre la gastroenteritis, cuya última revisión corresponde a septiembre de 2018, está firmado por Laura García Albarrán –quien figura como investigadora en la Universidad de Navarra, también dirigida por el Opus Dei– y Ramón Angós, especialista en Digestivo.
En el documento, ambos profesionales explican que se trata de “una inflamación de las mucosas del tubo digestivo, que con frecuencia se da simultáneamente provocando fiebre, nauseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal principalmente”. Subrayan además que “los agentes causales son múltiples, siendo imposible e innecesario un diagnóstico etiológico en todos los casos”.
Indican además que “la forma de adquisición suele ser por contagio de persona a persona o por ingesta de alimentos o agua contaminados”, remarcando que “casi la mitad de los episodios aparecen en el contexto de un brote epidémico, siendo en su mayoría procesos autolimitados en días, no precisando un estudio diagnostico específico”. En tal sentido, señalan que “una situación especial es la diarrea del viajero, que puede afectar a alrededor del 40% de los turistas del mundo occidental que viajan a países en vías de desarrollo”.
“Hábito sexual”
En su informe, también explican cuáles son los puntos que deben tenerse en cuenta a la hora de efectuar una “aproximación diagnóstica en Urgencias”. Seguido detallan una serie de “datos epidemiológicos que, en ocasiones, resultan esenciales para orientar la Etiología”. Entre esos aspectos figura el “hábito sexual”, incidiendo especialmente en la “promiscuidad/homosexualidad” del paciente para determinar posibles casos de “proctitis e infecciones por Shigella, Salmonella, Campylobacter, gonorrea”.
Del mismo modo, también aconsejan recabar otros datos sobre “viajes recientes”, “ocupación habitual” de la persona enferma –principalmente en caso de realizar tareas en “guarderías, mataderos o instituciones en contacto con enfermos”-, el consumo de alimentos contaminados o la “exposición a toxinas como insecticidas organofosforados”, entre otros.
“Claves ideológicas”
La inclusión de la homosexualidad entre los puntos que pueden provocar una gastroenteritis aguda causó sorpresa entre especialistas médicos consultados por este periódico. “No conozco ningún protocolo de atención a la gastroenteritis aguda en urgencias que contemple la homosexualidad ni los hábitos sexuales como causa, directa o indirecta, de una diarrea aguda”, señaló a Público el médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública Juan Luis Uria, quien actualmente se desempeña además como parlamentario de Elkarrekin Podemos en Euskadi. “Es la primera vez que leo algo así en cuarenta años de profesión. No tiene ninguna evidencia científica y solo se puede entender en claves ideológicas”, añadió.
Uria citó además su experiencia como médico cooperante en distintos países de Centroamérica y África, “donde la diarrea aguda era una de las principales causas de muerte”. “Nunca he visto la mención a la práctica homosexual o los hábitos sexuales en las búsquedas de las causas. Más bien se trata del acceso o no a agua potable y de calidad y a una correcta eliminación de las aguas fecales”, subrayó.
En ese contexto, Público ha comprobado que la valoración de la homosexualidad y la promiscuidad como “datos epidemiológicos” a tener en cuenta ante un caso de gastroenteritis aguda no figura en otros informes similares. Así puede comprobarse en el documento “Actuaciones de Enfermería en la diarrea aguda” que elaboraron dos expertos del Hospital de Donostia y en el que establecen las pautas a seguir.
Tampoco se observa ninguna mención de este tipo en los protocolos de Urgencias del Departamento de Salud del Gobierno de La Rioja, la Junta de Andalucía o el Gobierno de Navarra, entre otros.
*Artículo originalmente publicado en Público.es, bajo el título de "La clínica del Opus Dei sostiene que la homosexualidad provoca gastroenteritis"