El periodismo es un oficio lleno de historias humanas y desconocidas, de gente que lo asume como un compromiso social y de servicio ciudadano. Es el caso del nariñense Cruz Ángel Rojas Revelo, un hombre de prensa desconocido en los grandes medios, pero que realizó una labor independiente bajo la convicción de informar los acontecimientos de su natal Pupiales.
Trabajó como pagador y almacenista de un colegio de su pueblo y su afición diaria fue la radio y la prensa escrita bajo un sello de nobleza y humildad muy característico y, en ocasiones, alcanzando sólo la incomprensión de sus mismos coterráneos.
Lo hizo en un momento cuando la comunicación social era compleja; no existían emisoras y el periodismo escrito se reducía al monopolio que ejercía la capital de Nariño. A pesar de ello, don Cruz Ángel, como le llamaban en Pupiales, logró con entereza vincularse en calidad de colaborador a varios medios e, incluso, participó en cadenas radiales nacionales gracias a su amistad con algunos periodistas de la capital.
Cada diciembre promovía un programa, Alborada Navideña, que realizaba desde los parlantes de la iglesia de Pupiales con saludos para las familias y los niños, claro indicio de que concebía el periodismo en sus diferentes matices y dimensiones de impacto social. Fue alcalde, padre de cuatro hijos, integrante y cofundador de la Guardia de Honor del Santísimo, agrupación de apoyo religioso de amplio reconocimiento en su comunidad.
Su fallecimiento se produjo en un hospital de la ciudad de Ipiales, en la frontera con el Ecuador, a la edad de 82 años, dejando un legado de integridad moral dentro de la comunicación social y el periodismo, no como una tarea en la que buscaba rentas económicas, sino como un medio para apoyar a los ciudadanos en sus hechos cotidianos.
Por supuesto que la comunidad de Nariño ha recibido con profundo pesar esta noticia, el silencio final de un hombre de prensa, pionero y ejemplo para muchos otros que han ido tomando el relevo y la antorcha en el oficio que, según Gabriel García Márquez, puede ser considerado como el más bello del mundo. Que estas palabras sirvan de homenaje al periodista y amigo que se va.