Lo de James Rodríguez comenzó como una telenovela y ahora, a una semana para que se cierren los fichajes se está convirtiendo en una película de terror. El verano no puede pintar peor. De nada sirvió tener una aceptable Copa América: dos pases gol y terminar en el equipo ideal del campeonato, el Bayern le bajó el pulgar y no hizo efectiva su opción de compra. Después le salió un pretendiente, el Napoles de Italia. Su presidente, De Laurentis, rechazaba comprar al colombiano, él quería una cesión. Florentino era inflexible y el italiano, presionado por una hinchada que quería tener un ídolo a la altura de Maradona, decidió comprarlo pero a último momento Florentino Pérez decidió aumentar el precio de James lo que terminó exasperando a las directivas del Napoles. Después vino un coqueteo por parte de su representante, el portugués Jorge Mendes, quien trató de mover cielo y tierra para poner a sonar a James dentro de la órbitra del Atlético de Madrid. El presidente Cerezo dio por tierra cualquier posibilidad.
Ahora James no sabe que hacer y empieza a vislumbrar el peor de los destinos: regresar al Real Madrid en donde su técnico, Zinedine Zidane, sigue sin quererlo. Increíble que un jugador con su calidad sea despreciado por los grandes de Europa. Algo tiene que pasar, algo que no es futbolistico, algo que tiene que ver con su mentalidad. El 29 tendrá que regresar a presentarse al Madrid el próximo 29 de julio. Son días vitales, días en donde está en juego su futuro.