“Cartagena es tan fantástica que cada vez que llueve se convierte en Venecia” sentenció sarcásticamente un cibernauta en las redes sociales. El agua lluvia, parte esencial del ciclo hidrológico, es un calvario para los cartageneros, ya que trae consigo apagones e inundaciones que no solo paralizan la ciudad, sino que ponen en riesgo a muchos barrios y atentan contra la calidad de vida de sus habitantes. Muchos atribuyen el problema exclusivamente a la disposición de desechos sólidos en los canales pluviales, lo cual es parcialmente cierto. Esta mala práctica exacerba el problema, pero no es la causa principal. De antemano presento disculpas a los lectores por lo extenso de la nota. Sin embargo, el tema realmente lo amerita.
De acuerdo con lo consultado, la escorrentía en la parte noroeste del centro (área localizada al noroeste de las avenidas Venezuela y Blas De Lezo) drena, principalmente, hacia la Plaza de la Aduana, la avenida Venezuela y la zona del Hotel Santa Teresa. La escorrentía de la Plaza de la Aduana, a su vez, drena por gravedad hacia la bahía de Las Ánimas (donde está el Centro de Convenciones) a través de una tubería. La escorrentía recogida en la avenida Venezuela, una parte drena hacia Puerto Duro (donde está la estatua de la India Catalina) y la otra hacia la bahía de Las Animas. La escorrentía acumulada en la zona del Hotel Santa Teresa drena hacia la bahía de las Ánimas por medio de una tubería por gravedad que pasa primero por el Parque de la Marina.
Durante el último año de la alcaldía de Judith Pinedo (2011), se llevó a cabo la remodelación de la Plaza de La Aduana, en la que se elevó el nivel de esta. Esto conllevó a una modificación en el sistema de manejo de la escorrentía. El diseño incluyó un canal perimetral que recolecta la escorrentía y la lleva una estación de bombeo (con bombas sumergibles) localizada en la parte baja del edificio de la Alcaldía y de ahí hacia bahía de Las Ánimas. El “pequeño inconveniente” es que las bombas nunca tuvieron a alguien que las operara y mantuviera. Adicionalmente, el diseño omitió incluir un generador eléctrico auxiliar, toda vez que los apagones son una constante cada vez que llueve. En el año 2016, durante la alcaldía de Manuel Vicente (Manolo) Duque, se hicieron revisar las bombas y se determinó que estaban dañadas y necesitaban reparación. Las bombas aún están en el taller donde las revisaron y a la alcaldía parece no interesarle el tema. Por otra parte, los colectores menores que llevan parte de la escorrentía de las calles hacia los box-culverts (construidos recientemente, como parte de la adecuación de las vías para Transcaribe) de la avenida Venezuela están, en su mayoría, tapados por falta de mantenimiento. La estación de bombeo que existe en el parque Centenario tampoco funciona. ¿Qué tiene que decir la alcaldía al respecto?
Con respecto al canal Emiliano Alcalá (barrio El Socorro), la lluvia ha demostrado, año tras año desde su entrega, que los ingenieros que asesoraban a la Junta de Acción Comunal tenían la razón acerca de las fallas en el diseño y dimensionamiento del canal. El 13 de febrero de 2017, la comunidad del barrio El Socorro envió, al entonces alcalde Manolo Duque, un derecho de petición de asunto “Revisión a Modelación y Modificaciones a los Diseños para Ejecución de Obras Canal Emiliano Alcalá”. En este documento de veinte páginas, los ingenieros asesores realizaron un informe técnico detallado de las falencias de la metodología empleada por los diseñadores para el análisis hidrológico e hidráulico del canal. A pesar de las múltiples advertencias, la Secretaría de Infraestructura, desestimando el concepto de los ingenieros asesores, aprobó los diseños y dio vía libre a la ejecución de la parte constructiva, afirmando que el canal funcionaría. Nada más alejado a la realidad. La “buena noticia” es que la Contraloría ya abrió investigación para determinar el presunto detrimento por cerca de $4.800 millones de los $12 mil millones que costó el proyecto. Amanecerá y veremos, dijo el ciego.
Es época de elecciones y algunos candidatos a la alcaldía ya han tratado de sacar rédito de la situación. Populismo puro, duro y chambón. Ninguno ha salido con una propuesta seria y concienzuda para el manejo de la escorrentía, ya que sencilla y llanamente no tienen idea de la magnitud del problema ni cómo atacarlo. La problemática de los drenajes pluviales tiene varios componentes:
- Técnico: el actual Plan Maestro de Drenajes Pluviales (PMDP) consta de tres fases. La primera de ellas fue aprobada el año pasado. Sin embargo, sigue aún con falencias en la metodología empleada para el análisis hidrológico e hidráulico, la cual, en parte, no está de acuerdo con lo recomendado por el Reglamento Técnico del Sector del Agua Potable y Saneamiento Básico (RAS) (y la Resolución 0330 de 2017 que lo adopta), ni con las prácticas mundialmente aceptadas. Tampoco se mostraron simulaciones ni mapas de inundaciones de escenarios pre y post diseños. Después de muchas discusiones técnicas, la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Bolívar (SIAB) logró que los diseñadores (los mismos del canal Emiliano Alcalá) implementaran, a regañadientes, algunos cambios (no todos los necesarios), con los que se espera que los 8 canales diseñados funcionen.
- Conceptual: aún faltan las fases 2 y 3, en las que podría corregirse este problema de fondo. El mal concebido Plan Maestro de Drenajes Pluviales (PMDP) debería ser un Plan de Manejo Integral de Drenajes Pluviales (PMIDP). La cuestión no es solo semántica. Un PMIDP, a diferencia del actual PMDP, integraría aspectos ambientales y de planeación urbanística que no solo manejarían la escorrentía, sino que sería una gran oportunidad para impactar positivamente a los barrios afectados, más allá del concreto y ampliación de canales. Esto implicará compra de predios.
- Planeación: el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) debe tener al agua como eje central y estar articulado con el PMIDP. Entre otras actividades, hay que delimitar las zonas sensibles ambientalmente y las inundables que permitan establecer las restricciones necesarias para garantizar una mejor planeación urbanística sostenible en el tiempo.
- Institucional: está clarísimo que la alcaldía no tiene personal realmente competente en este tema. Hay que fortalecer la Secretaría de Infraestructura y demás dependencias involucradas para que sean las que lideren no solo este, sino todos los proyectos de la ciudad desde varios frentes, incluyendo lo social.
- Operación y mantenimiento: desde la liquidación de las Empresas Públicas Municipales de Cartagena (EE.PP.MM.) en el año 1995, los canales pluviales de la ciudad quedaron sin doliente. Es imprescindible crear una entidad que se encargue de la operación y mantenimiento de los canales pluviales. De lo contrario, no habrá manera de garantizar que el PMIDP sea sostenible y efectivo en el tiempo. Eso tiene que quedarle muy claro a los gobernantes de la ciudad so pena que la inversión hecha se pierda como muchas otras.
- Candidatos y aspirantes a la alcaldía, Concejo y JAL, así como empleados de las distintas dependencias gubernamentales y líderes de las Juntas de Acción Comunal: ¡dejen la improvisación y pónganse serios que su trabajo es velar por el bienestar de los ciudadanos!
Como dice correctamente un amigo mío: ¡Ombe (hombe), mi querido Alvarito, para entender el agua hay que sentirla, el agua piensa!