Lo que realmente ocurrió en el rescate de las cuevas de Tailandia

Lo que realmente ocurrió en el rescate de las cuevas de Tailandia

Esta es la otra parte de la historia sobre cómo un grupo de rescatistas aficionados sacó con vida a un grupo de niños que estuvieron atrapados por más de 2 semanas

Por: Juan Esteban Guzmán
julio 19, 2019
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Lo que realmente ocurrió en el rescate de las cuevas de Tailandia
Foto: Tham Luang Rescue Operation Center

Era mediodía del sábado 23 de junio de 2018, cuando los jóvenes integrantes del equipo de fútbol “Jabalíes Salvajes”, junto con su entrenador, decidieron después del entrenamiento de rutina darse un paseo por la famosa cueva de Tham Luang. Contrario a lo que se cree, la cueva, cuyos túneles se extienden kilómetros bajo tierra y está ubicada en la parte rural del norte de Tailandia, casi en la frontera con Myanmar, era conocida para todos. Es un punto de referencia en la región. No era inusual para los locales entrar en ella en esa época del año para ver qué tan lejos podían llegar y dejar su nombre inscrito en alguna de las paredes.

Con lo que no contaban los integrantes del equipo era que mientras exploraban sus entrañas una terrible tormenta empezaría a inundar su interior, obligándolos a avanzar hacia adentro cada vez más en aras de resguardarse del agua que les imposibilitaba la salida. Afuera sus bicicletas amarradas a los árboles sería la señal inequívoca de que no saldrían esa noche.

Al ver que no aparecían y al encontrar las bicicletas a la entrada de la cueva, los padres contactaron a las autoridades. La noticia se regó como pólvora y llegó a oídos del británico Vernon Unsworth quien tenía planeado entrar solo a las cavernas al día siguiente. Unsworth vivía en el lugar hacía más de 8 años y desde su infancia se había vuelto un buceador de cavernas aficionado. Para este tipo de personas, la satisfacción viene al entrar en estos lugares inhóspitos, donde nunca ha estado el ser humano con la idea de dejar una huella. Durante todos los años vividos en tierra asiática se había dedicado a explorar las cuevas de la región y por ende conocía Tham Luang como la palma de su mano. Sin asomo de duda era la persona mejor calificada del mundo para saber cómo se podían encontrar y sacar de allí.

En principio Vernon no se explicaba cómo era posible que los jóvenes hubieran quedado atrapados allí dentro. Una vez llegó al lugar, se encontró con un caos. De hecho no había un plan, nadie sabía qué hacer. Nunca habían tenido una situación como esta. Ingenuamente estaban bombeando agua desde la cueva mientras la lluvia arreciaba. Solo el británico sabía que por las condiciones climáticas, todo iba a empeorar.

Para mayor gravedad, las autoridades tailandesas se negaban a aceptar ayuda externa. Por razones históricas, en esta zona asiática son reacios a que personas de “occidente” lleguen a decirles cómo es que se hacen las cosas. Fue así como los días pasaron y solo hasta el martes 26 de junio, 3 días después de la desaparición, Vernon reunión a las autoridades y les dijo que no iba a haber ningún rescate exitoso a menos que pusieran a cargo a personas expertas en el tema. Por más que llevaran buzos tradicionales experimentados, estos no iban a ser capaz de realizar la tarea ya que las condiciones son muy particulares, empezando por las aguas pantanosas que hacen imposible la visibilidad dentro de los estrechos túneles.

Al final de la reunión donde se encontraba la Ministra del Interior, después de explicar la gravedad del asunto y que solo habría una posibilidad de recate en caso de ser encontrados, el británico escribió una lista con el nombre de las personas que necesitaba para avanzar con la tarea. Rick Stanton y John Vonlanthen, quienes se encontraban en el Reino Unido.

Una vez en suelo tailandés lo buzos se pusieron manos a la obra. Al ser un hobby tan extraño este de explorar y bucear cuevas, hasta los más avezados y conocedores parecen aficionados ante los ojos de extraños ya que los equipos que utilizan son adaptados para este tipo de propósitos como por ejemplo que los tanques de oxígeno no pueden ir en la espalda pues no cabrían por las diminutas aberturas sino que por el contrario, van debajo de las axilas. Las personas en situadas en las afueras de la cueva miraban atónitos.

El 28 de junio, jueves, en una de las primeras inmersiones de exploración, el equipo de buzos se encontró a un grupo de 4 rescatistas Tailandeses que a su vez habían quedado atrapados en una de las cámaras desde la noche anterior. Afuera nadie se había percatado de su ausencia. De este tamaño era el desorden y la improvisación que allí reinaba.

El día 1 de julio, más de una semana transcurrida desde la desaparición, Rick y John iniciaron un recorrido extenso por la cueva inundada. Avanzaron durante toda la noche y justo cuando estaban a punto de devolverse en el punto acordado previamente, quisieron aventurarse un poco más adentro por una abertura con la que no contaban la cual los llevó a una nueva cámara.

Fue allí donde sucedió el milagro. Lo primero fue el olor nauseabundo. Similar al que desprenden los cuerpos en descomposición. El primer pensamiento fue el de haber encontrado los cuerpos sin vida de los menores y su entrenador. Sin embargo, al acercarse ven movimiento y preguntan de inmediato cuántos son, alguien responde que 13. Esto les indica que son los desaparecidos en su totalidad. Aún hoy en internet se puede escuchar el audio de ese magnífico momento. Solo uno de los menores hablaba en inglés y lo primero que les dice es que tienen mucha hambre. Todo es júbilo. Sin embargo, las cosas estaban por complicarse aún más. ¿Cómo sacarlos con vida?

De solo pensar que eran tantos y que se encontraban a más de 1.5 kilómetros de distancia, un trayecto que demoraba en recorrerse aproximadamente 8 horas buceando, los hizo temer lo peor. Era una tarea casi imposible.

La única opción viable era sedarlos para sacarlos uno a uno. Vernon, una vez más reunió a las autoridades, les explico la situación y les informó que solo había 3 buzos de elite en el mundo capaces de medírsele a la quijotesca labor de rescate. Uno estaba en Estados Unidos, otro en Reino Unido y el tercero Rick Harris, en Australia. Este último, más que nadie estaba reacio a colaborar con la tarea ya que dudaba de que se pudiera lograr con éxito, temiendo además represalias del gobierno Tailandés. Fue así como, tanto él como los demás solicitaron a las autoridades de sus países que negociaran inmunidad para ellos en caso de que las cosas no salieran como estaban planeadas. Personal de las embajadas británicas y australiana fue enviado de inmediato para estar al tanto de lo que pudiera suceder con sus ciudadanos.

El mayor riesgo consistía en que los menores se pudieran despertar en medio del trayecto, entrar en pánico y allí vendría la catástrofe. La solución fue administrarles un fuerte cóctel consistente de fuertes sedantes como xanax, atropina y ketamina además de medicinas para suprimir la saliva ya que de lo contrario se ahogarían. También procedieron a utilizar mascaras de oxigeno que cubrían la totalidad de la cara. En palabras de los rescatistas, los cuerpos dormidos se empacaron como si estuvieran muertos en una camilla. En caso que se despertaran se decidió que se les daría una nueva dosis de los sedantes en la mitad del trayecto. Una tarea titánica si se considera que se encontraban en medio del fango en completa oscuridad. Solo 2 menores se despertaron antes de tiempo y hubo que reaccionar de inmediato para sedarlos de nuevo.

A medida que se desarrollaba la labor, las condiciones climáticas seguían empeorando. Una vez se empezó con el trayecto de salida de la última persona, la cámara donde fueron encontrados y vivieron los menores con su entrenador tomando agua de las paredes por 2 semanas, se inundó completamente.

El resto es historia. El operativo fue un éxito y todos salieron con vida. Solo falleció una persona. Un buzo tailandés que no pudo descifrar una de las salidas del túnel y se le acabó el oxígeno allí dentro. Hoy hay una estatua en su memoria a las afueras de la caverna.

Vernon y sus compañeros no se consideran héroes, solo sienten que hicieron una tarea que les encomendaron.

* Basado en el podcast Beyond Today de la BBC

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