En relación con el artículo "CIUDAD DELIRIO Y LA MINISTRA ARRODILLADA" nos permitimos hacerle llegar, de la manera más respetuosa, la siguiente comunicación.
En el ejercicio de la libre expresión acerca del arte surgen opiniones disímiles, que por ser absolutamente subjetivas tienen cabida en universo del quehacer artístico y en este caso, del quehacer cinematográfico. Sin embargo, cuando se va más allá de las percepciones personales acerca de una obra de arte y se realizan acusaciones sin argumentos reales, que demuestran el profundo desconocimiento no solo del funcionamiento del sistema local, de la legislación básica vigente y del cine como oficio, arte e industria, es necesario, de nuestra parte, hacer las siguientes aclaraciones:
* Ciudad Delirio es una coproducción entre Colombia y España, reconocida como tal por las autoridades respectivas de cada país. Para lograr esto se procedió con lo estipulado en la normatividad vigente. Al ser la proporción 75% Colombia y 25% España, de igual manera es la composición del personal técnico y artístico del proyecto. Como es usual en las coproducciones - y de conocimiento básico de cualquier persona que haga parte de este medio -, cada país asume sus propios costos. Es decir, España le paga a los españoles y Colombia a los Colombianos. Es bastante ingenuo pretender decir que los españoles, a causa de su crisis se están aprovechando de cualquier manera de los fondos públicos y/o privados colombianos.
* Ciudad Delirio es beneficiaria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia en la categoría de Producción de Largometrajes. Cualquier persona que hace parte activa del medio sabe como es la aplicación a este fondo. Lo administra Proimágenes Colombia, no el Ministerio de Cultura. Se presentan proyectos de todo el país y algunos quedan descartados por falta de cumplir requisitos. Del universo restante, un jurado mixto entre nacionales e internacionales, totalmente independiente, a quienes se les da total libertad de elección, selecciona unos proyectos que preliminarmente son llamados a una entrevista con los 9 miembros del jurado. Allí se sustenta el proyecto, desde el punto de vista artístico, estético, económico y de mercado. Este jurado, de manera independiente y autónoma, decide quien recibe cada uno de los estímulos. Nuestra empresa tenía otros proyectos en concurso, unos ni fueron llamados a entrevista con el jurado. De nuestra parte nunca siquiera hemos escuchado que alguien de Proimágenes y mucho menos del Ministerio de Cultura tenga la capacidad de influenciar al Jurado. Este proceso es uno de los pocos en nuestro país que se mantienen en una burbuja, alejados de cualquier síntoma de corrupción y si alguna persona tiene pruebas de lo contrario está en la obligación no de escribirlo ambiguamente en una columna sino en hacer las denuncias ante las autoridades competentes.
* Debido a que la columna escrita por el señor Gallo se hace no solo con el desconocimiento profundo de como funciona el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y en general la legislación cinematográfica vigente, sino que además el señor Gallo no realizó la más mínima investigación como profesionalmente debería haberlo hecho, resulta necesario aclarar que con los fondos recibidos del FDC no se pagaron honorarios de ninguna clase a personal español, como tampoco se hizo con el 75% del premio de Ibermedia. Es obvio que el dinero recibido en Colombia, tanto de inversionistas, como donantes, patrocinadores, instituciones y fondos de apoyo ha sido para pagar gastos del territorio colombiano a Colombianos.
* Para el Festival de Cine de Cartagena de nuestra parte enviamos la película para la consideración de la Directora Artística del mismo y de su Junta Directiva. Les entregamos dos copias de Ciudad Delirio e internamente la vieron y la eligieron como película de apertura del Festival. En este proceso no se habló en ningún momento con nadie diferente de las personas del Festival, por una simple razón, es el Festival y solo ellos quienes toman la decisión de cómo conforman su programación de manera totalmente autónoma.
* Para la realización de esta película se han realizado todos y cada uno de los pasos que exige la legislación colombiana vigente y que es conocida por quienes hacen parte activa del medio. La participación del Ministerio de Cultura se dio exclusivamente en dos momentos: otorgar la Resolución de Reconocimiento como Proyecto Nacional y la Resolución de Obra Nacional, después de evaluar cada uno de los documentos, certificaciones, legalizaciones y contratos presentadas por nuestra parte.
* Entendemos que cuando las columnas se escriben sin investigación y desde el desconocimiento de la legislación vigente se generan baches insalvables que ocasionan que artículos como estos puedan ser escritos, esto se aclara con hechos e información concreta que hemos brindado. Resulta tremendamente facilista e irresponsable acusar a la señora Ministra con retórica sin fundamentos. Sin embargo, lo que más nos causa indignación es cuando se escribe "un homosexual negro de pelo liso que, como la mayoría de los personajes que pueblan esta historia, es sólo una caricatura parlanchina", refiriéndose al bailarín profesional Ronald Sevillano, representante muy orgulloso de la comunidad LGTB, Director de la Escuela "Los Tremendos de la Salsa", ganador de premios nacionales e internacionales y, por encima de todo lo anterior, ejemplo para la juventud de lo que significa trabajar con dedicación basado en su talento y esfuerzo. Ronald es exactamente en la película como lo es en la realidad, con el pelo liso, con la sonrisa honesta y alegre, con su hablar delicado y cantado y con la frente en alto. Obvio, algunos seres calificarán esto de "caricatura parlanchina". Nada más que decir.
Cordialmente,
DIEGO F. RAMÍREZ
Productor Ciudad Delirio
NANCY FERNÁNDEZ
Productora Ejecutiva Ciudad Delirio
