Miles de millones de pesos se gastan al año en presupuesto para la selección Colombia y el ciclismo, buscando lo que hasta ahora ha sido imposible: levantar la Copa del Mundo o ganar el Tour de Francia. Pero ni lo uno ni lo otro se ha conseguido. James Rodriguez logró una hazaña impresionante, ser goleador de un mundial. Los logros de Nairo tampoco le van en saga: un Giro y una Vuelta a España no es nada para despreciar. Pero lo que consiguió la pareja de caleños Farah y Cabal esta tarde lo hace a uno a pensar cuantos talentos del tenis no se pierden por el jodido falta de apoyo.
Sólo una empresa privada como Colsanitas se ha metido la mano al bolsillo para forjar estos campeones. Ahora que no venga el gobierno nacional a llenarse la boca atribuyéndose triunfos que no le corresponden. Lo que sucedió hoy en la cancha sagrada del tenis mundial fue producto del esfuerzo personal de dos muchachos que se conocen desde que eran niños. Un triunfo que difícilmente se repetirá, un triunfo que es sin duda el más grande que ha obtenido el deporte nacional en la historia. Esto es como si Egan Bernal se hubiera ganado el Tour de Francia o el pecho frío de James hubiera conseguido la Copa del Mundo con tres goles de él.
El partido fue impresionante, por primera vez vimos a una pareja de deportistas colombianos recuperarse ante la adversidad. Cada vez que iban abajo se recuperaban y al final terminaron imponiéndose en un deporte hecho para gente del primer mundo. Si, esto es como si Montoya hubiera conseguido el título de la Fórmula Uno derrotando a Schumacher.
Esperemos que sean recibidos como héroes. Mientras el año pasado fueron paseados en carros de bomberos la fracasada selección Colombia eliminada por Inglaterra en Octavos de final- que risa- a Farah y a Cabal tienen que hacerle un monumento. Llegó la hora de fijarse en otros deportes y no sólo en el fútbol. Llegó la hora de poner en su lugar a figuritas de poca monta como James Rodriguez. Viva Cabal, viva Farah.
