Un casual sábado en la tarde viendo la programación del Canal Caracol empezando por 'También Caerás', me doy cuenta del enorme esfuerzo de entretener a la audiencia morbosa de la pantalla chica nacional. Para empezar: mujeres con enormes pechos, hombres perfectos con sonrisas perfectas, una ambientación, luces, glamour… bueno eso en definitiva no me molesta. Me indigna es la cantidad de imágenes que siguen a continuación de amas de casa, trabajadores cansados, mendigos. En definitiva personas como usted y como yo, sin plata en los bolsillos, sin fama, sin títulos y carentes de esa belleza estereotipa de los grandes centros de moda como París o Milán. Que sufre la zozobra de tanta inseguridad acechante cada esquina de nuestro país. Yendo camino a casa después de una dura jornada laboral o saliendo un día cualquiera a un centro comercial seamos blanco de las burlas de unos pendejos irrespetuosos y preversos; y que además nos exijan “regáleme una sonrisita a la cámara de También Caerás” para que al final tenga la persona que dar una hipócrita sonrisa cargada del más profundo odio hacia estos señores. Pareciera que el hecho de ser pobre haga creer a los productores de Caracol que nuestra única vocación es ser humillados frente a una cámara.
Pero esto no es nada después del desimformativo de las 7, que ya ha sido bastante cuestionado; bueno en fin. Continuando con el tema, entre aplausos y alegría empieza 'Sábados Felices', cabe resaltar que igual que antes las luces el escenario… etc... etc. Además de 40 años de historia de la televisión colombiana, confieso que antes era un fiel televidente de este programa, pero me di cuenta que en Colombia la risa y la inteligencia no se llevan muy bien porque cada año se iba mermando el ingenio de los humorista hasta llegar a nuestros días que sinceramente da fastidio y vergüenza ver este programa. Pero sinceramente lo que más molesta es los estereotipos de humor que se han manejado en Colombia y que además son magnificados, por ejemplo, en 'Sábados Felices' no se burlan del presidente de los Estados Unidos, ni de los grandes terratenientes de nuestra patria, mucho menos de los banqueros más ricos, de los expresidentes corruptos y nunca de los senadores que no hacen si no defecar leyes y sentencias de muerte a diestra y siniestra. Se burlan una vez mas de los pobres. Del maestro de construcción, del reciclador, del homosexual, del oprimido por el conflicto, del bruto, de la mujer esclava de la escoba y el fregadero que es denigrada hasta el punto de la estupidez , del campesino boyacense ridiculizado hasta el cansancio, del muchacho de las periferias de la ciudad con rasgos de pobreza exagerados...
Como buen y orgulloso boyacense que soy, quizá lo que vehemente desprecio de este programa es a la muy aclamada “comediante “ Patricia Silva, en especial cuando hace su papel de muchacha del servicio que ridiculiza a nuestras mujeres boyacenses con su ridículo hablado campesino. A mi modo de ver, me parece la ofensa más grande contra mi tierra. Cómo se le ocurre a los eruditos de la televisión nacional otorgarle un premio India Catalina a esta 'comediente' por su papel de Sagrario Cruz en la novela '¿Dónde carajos está Umaña?' en donde interpretaba una trabajadora doméstica del altiplano cundiboyacense ridiculizada hasta el punto que daba nauseas ver esto.
Para finalizar y perdónenme por las redundancias, creo que no es justo humillar al humillado, hacer sufrir con nuestras risas a quien ha sufrido toda su vida, así que en estos casos califico las risas como un acto subversivo. No existe risa en la desgracia de los débiles, los verdaderos payasos son los poderosos; nada más ridículo que su seriedad.