Más de veinte años entre fogones, calidad en los alimentos y manteles han hecho del chef Harry Sasson más que un nombre una marca, sinonimo de buena calidad de comida. Sus restaurantes están entre los preferidos por los personajes del poder en Colombia, con solo cinco locales (cuatro en Bogotá y uno en Cartagena) bordea el Top 10 por su facturación en el sector de comidas en el país, con unas ventas $ 30,196 millones de pesos el año pasado.
Su volumen de ventas solo superan las grandes cadenas de restaurantes como Crepes & Waffles, El Corral, McDonald’s, Frisby, Kokoriko y Andres, Presto y Oma, Archie’s y Domino’s y Brasa Roja. Y por los dos grandes grupos de restaurantes de Bogotá, ZonaK de Leo Katz y el Grupo Takami de varios socios bajo el liderazgo de Santiago Arango.
De regreso a Colombia, luego de viajar por Asia y Europa, con solo 25 años, en agosto de 1995, abrio su primer restaurante, el “H.Sasson – Wok & Satay Bar”, en la Zona T de Bogotá. Contó con todo el apoyo familiar, su padre cerró su negocio de agencia textil para acompañarlo en la parte operativa y contable, además de encargarse de recibir en la puerta a los comensales. Innovó con un menú de comida asíatica de calidad y una cocina abierta desde donde controlaba todo lo que ocurria en el restaurante y los clientes veían como preparaba los platos. El éxito fue total y lo continua siendo desde la nueva sede en la Calle 70 con 8ª, que fue reconocido con el puesto No 18 en el Latin Americas´s 50 Best Restaurants en el 2017 y el mejor de Colombia.
Con su habitual vestimenta blanca de chef, sus cómodos zuecos y su presencia permanente en los restaurantes, mezcla cocina y comedor donde ejerce como gran anfitrión, Harry Sasson le ha dado status al oficio de cocinar. Hijo de Nessim Sasson y la barranquillera Diana Tchira Manopla quien junto su abuela paterna Nani Margoth le inculcaron la fascinación por los encantos y rigores de la cocina, creció en Bogotá donde se graduó de bachiller en el Colegio Anglo Colombiano en 1987, y contrario a las expectativas propias de su ambiente social, una vez graduado, se decidió por estudiar cocina en el Sena. Al terminar su carrera y sus prácticas en el Hotel Hilton de Bogotá, viajó a Vancouver, Canadá, a continuar su aprendizaje durante siete años de mano de grandes chefs.
En todos sus locales, de alta gama en precio, existen unos ambientes cuidadosamente diseñados con exquisitos detalles de decoración. Además del pionero Harry Sasson, posee Harry´s Restaurant en Bogotá y en el Hotel Santa Teresa de Cartagena, la pastelería Harry´s Bakery y el más reciente, Nemo en el hotel Four Seasons, con platos en homenaje a su padre, abierto a finales de 2017. En compañía del exitoso restaurantero Leo Katz, opera por la zona del Centro Comercial Andino en Bogotá, Balzac de comida Francesa y Club Colombia de comida colombiana, que abrió sus puertas a finales de 2005.
Sus restaurantes son elegidos por los poderosos del pais, empresarios y politicos de todos los partidos, quienes son sus clientes habituales. En mayo pasad,o se reunieron en Harry Sasson los antiguos secretarios privados de los presidentes del país desde el Gobierno de César Gaviria. Su reservado para atender a diez personas dentro de una cava de licores, es el sitio escogido para cerrar negocios y celebraciones como el cumpleaños número 62 del Presidente Santos. Es normal ver una serie de camionetas con choferes aguardando a los comensales a la salida de sus restaurantes.
Harry, quién constantemente es invitado a dictar conferencias y atender eventos como la Cumbre de las Américas en Cartagena, participa en programas de responsabilidad social en el país promoviendo en sus restaurantes el consumo palmitos y pimienta verde cultivados en programas de sustitución de cultivos. Publica semanalmente una columna gastronomica en el periodico El Espectador y posee su propia marca de salsas que vende en supermercados. Colecconista de cuchillos, sus ingredienes infaltables en la cocina son el aceite de oliva y la sal marina.