Quienes en el periodismo digital leen y opinan sobre un texto publicado demuestran que el conocimiento es una construcción colectiva. Esto para decir que mi columna El cuento chino de los créditos de vivienda alcanzó 42.041 visualizaciones, siendo compartida 599 veces y, lo más importante, 19 lectores hicieron comentarios que aportaron al enriquecimiento de lo que en el texto se quiso exponer desde una perspectiva crítica, como lo fue la forma injusta y brutal en que los créditos de vivienda ofrecidos por la banca privada en Colombia no son más que una entelequia (léase ilusión).
Pues bien, como el mérito es de los lectores, por los aporte hechos, es importante que sus opiniones no se pierdan en el ciberespacio sino que trasciendan y se sigan retroalimentando, por eso comparto algunos de los aportes que los lectores hicieron, agradeciéndoles anticipadamente su participación en este espacio que nos ofrece Las20rillas:
Alfonso Melo: el sistema financiero de Colombia es el más gravoso y perverso del mundo; vale retrotraer la malintencionada administración de Ernesto Samper Pizano, [quien] no contento con acabar con el Inscredial, que hizo vivienda digna para quienes la necesitaban, sin apellidos, acabó el BCH, también hizo vivienda digna sin remoquetes; para rematar, quebró al Sistema Cooperativo; a partir de este fuerte golpe a los necesitados de vivienda, se puso el remoquete de VIS o de VIP porque ahí nació la vivienda indigna, los precios se dispararon, los requisitos muy gravosos y el subsidio se le da al urbanizador.
Diego G: yo tuve que vender mi apartamento por el valor de la deuda, ya que debido a todo lo que aquí se lee llegué a un momento en el que no pude pagar y el banco me puso en proceso jurídico, lo que incrementó aún más las cuotas debido al pago de honorarios que debía hacer. Al final, a punto de entrar en remate donde el banco me quitaría el apartamento y además les quedaría debiendo, tuve que vender por el valor de la deuda y dejar nuevamente a mi esposa y mis hijos sin nada. Lo que parecía un sueño, la banca lo convierte en pesadilla.
Omar Valero: la única forma de adquirir los créditos para vivienda es irse a vivir al rincón más alejado de Soacha o Mosquera, lo cual implica el doble de tiempo en desplazamiento y hasta el lugar de trabajo en Bogotá. No existe un beneficio para la adquisición de casa en Bogotá, ya que las personas que venden estos inmuebles a veces cobran el triple o más del valor de la vivienda, lo cual es ilegal, pero no hay quién controle ni quién regule el precio en la compra de vivienda usada.
Jorgarena: ahí es cuando usted descubre el proceso de la gentrificación. Usted decide comprarse un apartamento de 105 millones en un pueblo cercano e irse a vivir allá con su señora y sus hijos. Y pronto sancionarán la ley que permite que le presten 90%. Es la única manera con su sueldo. 4 millones no lo hace de la clase media, como usted mismo dice, son 3.6 millones dividido entre 4 personas, así que hay que reducir expectativas.
Robert Reyes: el problema no surge solo en los bancos y ese es el gran error de muchos colombianos, si usted se gana 4'056.000, quién lo manda a gastarse 4'056.000 o más. Si usted tiene el privilegio de ganar eso mensualmente lo mínimo que debe hacer es ahorrar al menos el 30% de lo que se gana, porque puede hacerlo. Si usted se gasta todo lo que se gana, mejor intente primero organizarse financieramente y luego conforme a sus ahorros decida invertir. Si usted ahorra el 30% de lo que se gana, al cabo de un año tendrá más o menos $14'500.000 y al cabo de 3 más o menos, $43'500.000. Con eso puede dar una cuota inicial para algún proyecto y con lo que asignaba para su ahorro ahora puede pagar su cuota mensual del crédito, luego hacerle compra de cartera y reducir el valor de su cuota. El tema no es solo quejarse y pensar que todo lo que se gana se lo debe gastar. Primero hay que organizarse. En promedio una persona en Colombia gasta entre el 30% y 40% de sus ingresos en vivienda bien sea en arriendo o en créditos hipotecarios.
Alexander Rojas: No es que lo manden, es que la plata no alcanza. Deje de defender este sistema tan injusto y que no permite progresar.