Recientemente me encontré con un artículo publicado en este mismo espacio en el que se pregunta si acaso ahora es moda ser gay. Según tal artículo, "los homosexuales contemporáneos se asemejan más a una nueva tribu urbana que a una condición intrínseca del ser humano", afirmación delicada que sugiere un error en el razonamiento del autor, en principio inducido por una definición errónea de lo que es orientación sexual. Lo anterior, sin mencionar que entra en el delicado escenario donde se cuestiona lo que es esencial de un ser humano (y, en consecuencia, lo que no es).
Según Simon LeVay (2018), neurocientífico que se ha dedicado a investigar el tema de la orientación sexual por varias décadas, esta hace referencia a un rasgo que predispone a las personas a experimentar sentimientos de atracción sexual hacia hombres, mujeres, o tanto hombres como mujeres; afirma que las personas experimentan tales sentimientos "durante un periodo prolongado, tal vez toda su vida". La orientación sexual no es comparable con un estado de creencia que puede agrupar a cierto número de individuos alrededor de un tema; no se trata de una "nueva tribu urbana" en crecimiento, ni un movimiento social en expansión. La orientación sexual es una de tantas variables en las que un ser humano puede presentar diferencias (incluso, LeVay reporta "en al menos una especie (ovejas domésticas), individuos animales tienen una preferencia duradera por parejas del mismo sexo").
LeVay (2018) hace énfasis en que la definición de cada orientación sexual es difícil (incluso explicar la heterosexualidad no parece ser tan simple), pese a que hasta la fecha se ha logrado tener certeza sobre algunos aspectos:
- Tanto en la infancia como en la vida adulta, las personas homosexuales difieren de las personas heterosexuales del mismo sexo en una variedad de rasgos mentales que caen bajo la etiqueta general de género.
- Existe evidencia de que los niveles de hormonas sexuales que circulan durante la vida fetal influyen en estos rasgos de género.
- Hay evidencia de que los genes influyen en la orientación sexual y otros aspectos del género.
- Existen diferencias estructurales y funcionales entre el cerebro de las personas homosexuales y las personas heterosexuales. A juzgar por los experimentos con animales, estos están causados por diferencias en los niveles prenatales de hormonas sexuales o en la forma en que el cerebro responde a esas hormonas.
Mientras la investigación científica avanza, podemos tener certeza de que la orientación sexual es un rasgo estable que influencia la vida de las personas de diferentes maneras, y que su desarrollo difícilmente se verá alterado de manera drástica en función de la presión social. De hecho, dadas las desventajas en términos de derechos humanos a las que se enfrenta una persona cuando declara que su orientación sexual no es heterosexual, resulta difícil imaginar un escenario donde alguien de manera caprichosa decida difundir que es homosexual o bisexual.
Tal vez valga la pena evitar la confusión con los cambios a nivel social y político. Claro, desde hace algunas décadas ha empezado a ser más evidente que hay diferencias en la orientación sexual, y que no son patológicas. Sí, ahora es posible ver a dos hombres en la calle tomados de la mano, dos mujeres besándose, etc. Lo anterior no implica que hayan surgido recientemente como parte de un movimiento social que, por alguna razón extraña, busca ser diferente.
Si es necesario que haya todo un movimiento que busque visibilidad es porque los humanos no somos muy buenos aceptando y respetando aquello que es diferente, que nos reta y que no está en nuestros guiones de lo posible. Es necesario porque aunque pueda ser incómodo para algunas personas, aquellos que son diferentes también tienen derechos (los cuales, de entrada, no son tan obvios ni están dados como para la mayoría de la población). Es necesario porque hay mucha gente que ha estado oculta a plena vista, y eso ha tenido consecuencias negativas en sus vidas.
Si es que algo está de moda, es el movimiento social y político al que muchas personas en todo el mundo le han dado fuerza. Un movimiento que busca, ni más ni menos, garantizar los derechos humanos a una población minoritaria. Gracias a las movilizaciones y acciones ciudadanas, se ha logrado sensibilizar a algunos organismos estatales sobre la importancia de que las diferencias en la orientación sexual sean tenidas en cuenta a la hora de crear políticas, programas, etc.
Lejos de la categoría de mainstream, la comunidad LGBTI continúa tomando fuerza y, con suerte, en el futuro próximo estaremos avergonzados de haber puesto sus derechos en duda. Estaremos avergonzados de haber entorpecido (en el mejor de los casos) la vida de una porción de la población que expresa una característica propia de las posibilidades humanas.