El caso de Jhonatan Vega, iniciaría en serio la polémica sobre enfermedad mental y delito en Colombia. En nuestro país, como muchas cosas por resolver, el tema de salud mental se ha mostrado como pocos atractivo para los que legislan y administran la cosa pública, solamente en los últimos 2 años ha aparecido – con nombre y apellido propio - el tema en el presupuesto público de algunos entes territoriales y en la agenda parlamentaria del actual congreso, siendo en otrora un tema que sólo se tomaba como lobby de aparente buena gestión los días 10 de septiembre: Día mundial de la prevención del suicidio y 10 de octubre: Día Mundial De La Salud Mental.
En todos nuestros hospitales psiquiátricos, algunos de 3er y 4to nivel, a lo largo y ancho del territorio nacional, albergan centenares de Inimputables en condiciones de seguridad y de asistencia que tal vez no sean las adecuadas para este tipo de población. Al igual que en las cárceles se encuentran muchos pacientes psiquiátricos que por su patología y necesidades de rehabilitación, independientemente del crimen cometido, están en el lugar equivocado por sus patologías. Ahora bien, hablar de esto despierta los miedos de la opinión pública en general sobre aquellos criminales que se hacen pasar por paciente psiquiátricos para evadir la justicia, algunos logrando este cometido, como se diría en el dicho popular “tirateras de loco para pasar un buen rato”. Pero cuál es el punto medio para solucionar todos estos problemas expuestos aquí muy someramente y de gravedad mayúscula. Sin afanes de convertir las instituciones de Salud Mental en policía psiquiátrica, si se hace necesaria la articulación de las normas judiciales ya existentes una reforma que garantice las mejoras locativas para el cuidado de estos pacientes y sumado a esto la mejoría asistencial desde lo forense y rehabilitativo que garantice la reducción de daños de la patología en el paciente. El tema de los pacientes con diagnostico psiquiátricos que delinquen no es un tema tan lineal como lo sugieren famosos litigantes en nuestro país, y no por las actuaciones de algunas personas con diagnostico X se debe estigmatizar a al resto de la población como potenciales criminales.
Las condiciones de varios hospitales psiquiátricos públicos en Colombia, donde va a parar el grueso de la población con algún trastorno mental, es triste, hay avances organizativos y locativos que se han logrado a pesar de la desidia de algunos gobernantes y otros factores en contra, sin embargo en este momento coyuntural del tema, podemos darnos el lujo de de reflexionar y mejorar estas condiciones, trabajando en equipo los actores de la salud mental y los políticos en el ejercicio administrativo de lo público.
La polémica en su momento sería pasar a los imputados por delitos de las cárceles a hospitales psiquiátricos de una manera más permanente. En la actualidad, la historia de esto presos radica en que luego de una crisis psicótica, o de otra índole, dentro de la cárcel el paciente es trasladado a una Unidad De Cuidados Especiales (UCE) psiquiátrica por un periodo aproximado de un mes, luego retorna a seguir cumpliendo su condena hasta que al poco tiempo vuelve y recaen los síntomas y así repitiendo este círculo vicioso durante mucho tiempo.
La invitación es para alejarnos un poco del espíritu vengativo que pulula en la sociedad y aplicación de la ley del talión ante la indignación de la sociedad por ciertos crímenes, este tema debe ser visto de una manera científica sin perder el norte proteccional tanto para el paciente como para la sociedad en el caso donde han demostrado ser peligrosos para ellos mismos y los demás.
Para los días venideros medios de comunicación y expertos debemos ser más enfáticos en las aclaraciones sobre los diagnósticos y pronósticos de ciertas patologías, como una forma de empapar a la sociedad ante un manejo discrecional eficiente y eficaz de este tema, sin caer en la violación de la privacidad clínica del paciente.
En el caso de Jhonatan Vega de ser cierto todo lo que se nos ha dicho de él, podríamos no estar hablado de una patología psiquiátrica simplemente, si no de una patología dual psiquiátrica, donde estaría la esquizofrenia como base y el consumo de múltiples sustancias psicoactivas, la ley y los expertos deben revisar las historias clínicas de las instituciones donde en el pasado fue atendido, y determinar la veracidad de la información suministrada por los medios hasta ahora, para tomar medidas, esperemos las más asertivas, en este caso que muy seguramente será referente por algún tiempo.
@psicopolitico