El Artbo del fin de semana va en deterioro. En la zona San Felipe ningún asistente de la Cámara de Comercio estaba ni entrenado ni especializado. Los buses “transversales” que nos ayudaban a llegar a otros lugares duraban 40 minutos en llegar. Lástima. La idea, que no fue de ellos se la tomaron para empezar bien y acabar mal.
¿Cuánto se gastó la Cámara de Comercio en una actividad que funcionó a medias? El estímulo así no vale la pena. Si se trata de crear coleccionistas. Buenas guías son indispensables. Unos coordinadores de buses cuando se trata de transporte son necesarios. Y, una reunión de la galerías y museos también en importante como para que todo tengan un sentido. Hubo omisiones que no viene al caso.
El centro de Sal Felipe es Flora. Y Flora tenía un video en una vitrina y un video sobre el arte de la comida y un video que ellos mismos preparan. Un verdadero fiasco. Ya todo se volvió comercial.
Bernardo Salcedo, Galería El Dorado
Después de mucho tiempo, nos anímanos a tomar un taxi para ir a la Macarena. Acá el trasporte funcionaba mejor pero la exposición de NC arte de Matt Mullican es un experimento de un hombre vacío, un gringo que dibuja telones y pega las fotos de los álbumes de infancia. Un experimento egocéntrico que, por largo, no deja le nada para al espectador. Espacios vacíos con telones burdamente pegados, en donde uno recorre con poco entusiasmo la pedantería de un dibujante sin gracia más allá del mundo conceptual. Ellos que tienen tan buenos experimentos, nos tocó la peor experiencia.
Luis Caballlero, Mural, Galería Alonso Garcés
Impactante el mural de Luis Caballero en la Galería Garcés. Volverlo a ver es placer. El resto de los pisos es reciclado. Lorenza Panero presentó unas obras muy diferentes en cuadros interesantes en la Galería de Ana Mosseri. Un nuevo aire para una nueva persona.
Vicky Neumann, Las muy largas horas de Clementina Palacios, galería El Museo
Del norte me gustó mucho Vicky Neumann con su exposición Las muy largas horas de Clementina Palacios. Es una exposición pensada para la ocasión. Ella se compenetra con los seres invisibles es decir con la vida de la empleada del servicio que proviene del Chocó. Pinta con fuerza la mujer con ganas que sobrevive a la muerte, cose para unir montañas de olvidos, reconoce la fuerza de la naturaleza ante la pobreza de una región sin límites. Es un homenaje a la verdad, un testigo a la ausencia del Estado en una mezcla muy expresiva de la pintura. Realiza “collages” de otras obras para que el orden ni el respeto no existan. Clementina Palacios nació sola y vivió sola el caos de un mundo perdido en la historia de Cien años de soledad.
