En este momento el New York Times se está convirtiendo en el único medio de oposición en Colombia. Después de la espantosa reculada de Semana con la investigación que el grandísimo periodista Ricardo Alarcón estaba realizando sobre incentivos del ejército a sus soldados para aumentar sus bajas, el periodista Nicholas Casey, que le ha dado parejo a uribistas, chavistas y todo lo que suene a la dictadura, publicó en el que es, así Alvaro Uribe y sus ignorantes, un informe escalofriante: todo estaba listo para que se abriera un nuevo capítulo de los Falsos Positivos en el país. Duque quiso taparlo todo y cuando estalló el escándalo pues le tocó quitar la directiva. Bacano cuando el periodismo sirve para algo.
Ahora el New York Times, entre preocupado e incrédulo por las ganas que tiene este gobierno lacayo de acabar la paz con las Farc para favorecer a los criminales que se enriquecieron con el conflicto, le dedica un titular donde advierte que el proceso de paz se está desmoronando en manos del uribismo. La respuesta del expresidente fue, una vez más, la calumnia, la mentira. Miren nada más este trino. Por Uribe a uno le da vergüenza ser colombiano