Santiago Alarcón es un caso único en la televisión colombiana. En un país donde sus grandes figuras mediáticas —Juanes, Shakira, Sofia Vergara— nunca asumen una posición política, este paisa de 40 años dice lo que piense así buena parte de su fanática provenga del uribismo. A las extenuantes jornadas de grabación que aún realiza en barrios Milenta y San Rafael que desde hace dos meses realizan, se le agrega un cuidadoso interés por estar al tanto de la realidad del país.
Si, aunque en su Twitter no todo es política —su fervor por el Atlético Nacional así lo impide— su inquietud por la actualidad revela su interés constante por leer libros, por el teatro. A diferencia de la mayoría de estrellas de nuestra televisión, Santiago llegó a la fama solo por algo circunstancial. Si fuera por él solo viviría del teatro. Es fácil encontrarlo viendo una obra en La Castellana, casi siempre acompañado por el amor de toda su vida, Chichila Navia. La cosa política está tan arraigada que hasta pudo improvisar esta línea en el primer capítulo de la segunda temporada de Germán es el man, un claro dardo a Ernesto Macías, presidente del Senado.
Estos son los trinos más polémicos del actor más popular de la actualidad: