Todos lo hemos hecho alguna vez, ya sea en la soledad de nuestra habitación o simplemente para mostrarle al mundo por una o varias redes sociales qué llevamos puesto en un día determinado o simplemente para decirle al mundo "Buenos días" de la manera más irrelevante posible. Tomarnos una 'selfie' es algo que podemos ver como algo casual, algo del día a día que hacemos de manera desinteresada para mostrar ya sea una sonrisa o simplemente llenar y llenar espacio en nuestro celular viendo nuestros rostros y nada más, sin ningún tipo de relevancia más allá de una simple fotografía que guardamos para nosotros mismos o que decidimos publicar en alguna red social esperando los comentarios de los demás.
Éste acto lo hacemos tan seguidamente y vemos que a nuestro alrededor muchas más personas lo hacen de manera ya casi viral por medio de las redes sociales, más comúnmente Instagram y Twitter, donde diariamente se publican millones de fotos sin ningún tipo de sentido, de personas que únicamente desean mostrarle al mundo algo de sí mismos. Hoy en día esto aparte de ser una moda ahora pasa a ser no sólo eso, como muchos de los comportamientos humanos no hay ninguna conducta que no se demore en ser estudiada en el momento de hacerse popular y de crecer de manera inexplicable en nuestras rutinas; tanto así que ya es considerado un trastorno mental, o al menos eso dicen la APA (Asociación Americana de Siquiatría) la cual, recientemente y según estudios realizados y publicados a comienzos del mes de Abril de 2014, dice que este acto se define ya como un estado mental denominado 'selfitis' y éste consiste en "el deseo obsesivo compulsivo de tomar fotos de uno mismo y publicarlas en los medios sociales como una forma de compensar la falta de autoestima y para llenar un vacío en la intimidad."
Dentro de esta nuevo concepto de la selfitis encontramos tres tipos (es así de viral que ya hasta se le ha categorizado): borderline, aguda y crónica. Estás se definen dependiendo de la cantidad de fotos, publicaciones y qué tan ligada está la persona a éstas. Siendo la primera quién toma fotos de sí mismo 3 veces al día sin ningún tipo de publicación (lo cual es completamente común en cualquier adolescente con cámara en su celular); la segunda es cuando las toman 3 veces al día o más y todas éstas las publican (lo que ya sería preocupante y hay que comenzar a re evaluar nuestros pasatiempos); y la crónica que es en el caso cualquier foto que se tomen la publican, superando más de 10 fotos diarias.
Debe resaltarse que el acto como tal implica cierto desapego a la vida común, que dentro de esta acción no sólo vemos el hecho de tomarnos una foto y publicarla sino que más allá de esto estamos buscando la aprobación de alguien más al hacer de estas fotos algo público que por ejemplo en el caso de Instagram nos dan un 'like' o en el de Twitter nos dan un 'favorito'; lo cuál se podría tomar como un símbolo de aprobación de eso que estamos publicando, haciendo así que, por medio de muchas imágenes ó de muchas fotos, nuestro autoestima se vaya a comenzar a ligar directamente a algo tan superficial como un visto bueno de nuestros amigos en las redes sociales, o peor aún, de completos desconocidos que simplemente, al igual que usted, no tienen en qué ocupar su tiempo.
Las 'selfies' son uno de tantos medios por los cuales la sociedad actual ha comenzado a forjar su autoestima al rededor de la tecnología, es decir, el hecho de qué sea un nuevo método y que se haya hecho mucho más popular no quiere decir que sea algo reciente o impactante en la sociedad, o al menos no tanto así como para ser investigado o inclusive diagnosticado como enfermedad. Es decir, estamos en el siglo XXI pero ya en el siglo XX nuestra autoestima estaba siendo formada detrás de un alias en algún chat anónimo, o ya estábamos creando personajes mitológicos o animados a los cuales asemejábamos a nosotros mismos para vivir una vida alterna a la que tenemos y con la que puede que no nos sintamos a gusto lo cual haga que busquemos otras alternativas para llenar estos vacíos, ya sea por medio de juegos, de alias en internet, de perdernos en un mundo digital, todo se resume a lo mismo. Las 'selfies', al igual que muchas formas de escondernos detrás de la tecnología, considero que es una enfermedad más que viene de la mano con los avances tecnológicos, una enfermedad más que a muchos les servirá de cura para algo detrás de esos rostros que publican diariamente y que eventualmente, al igual que muchas modas y al igual que muchos atributos de la globalización, quedarán atrás dejando espació para un nuevo trastorno y una nueva moda.
