Aunque la boleta de libertad de Jesús Santrich ya está firmada por el fiscal encagado Fabio Espitia, un hombre de toda la confianza de Néstor Humberto Martínez, el exjefe guerrillero sigue en su celda de La Picota.
Los ánimos se calentaron desde el día de ayer, pues la orden de la JEP fue clara: liberarlo inmediatamente. Sin embargo, han pasado dos días y Santrich no se ha asomado a la calle. En la entrada de La Picota, decenas de personas llegaron para exigir la salida inmediata. Su abogado Gustavo Gallardo llegó en medio de la lluvia para exigirle al mayor Luis Alfonso Bermúdez Mora, director encargado de la cárcel, que también firme la libertad de Santrich.
Hasta La Picota también llegó Benedicto González, que se posesionó como representante a la Cámara en reemplazo de Santrich, con el que trabajó de cerca durante sus años en la guerrilla.
Pero al interior de La Picota la marea no baja. Mientras las arengas en la entrada son la constante, en el patio de los extraditables, Luis Eduardo Carvajal, conocido como Rambo y excomandante de la columna móvil Daniel Aldana que tenía el control en Tumaco y era de unas las que manejaba el narcotráfico en el pacífico colombiano, lidera una protesta de presos exigiendo la libertad de Santrich.
Rambo fue capturado en julio de 2018 en Caquetá al ser señalado por los Estados Unidos de ser uno de los exguerrilleros que siguió traqueteando después de la firma de los acuerdos en 2016. Desde hace un año permanece detenido y a la espera de su extradición, pero la JEP todavía tiene que definir su situación; un caso igual al de Santrich.
Pero Rambo también aparece en un proceso en Estados Unidos de ser uno de los hombres que estaba vendiendo cupos a los narcos para colarlos en las listas de las FARC. Según un expediente de la corte de Miami, el exjefe guerrillero negoció con Édison Prada Alava, el llamado ‘Pablo Escobar de Ecuador’ y quien fue capturado en abril del 2017, un cupo en las listas de la guerrilla.
Los extraditables de La Picota entraron en protesta hasta que el director de la cárcel no firme la boleta de salida de Santrich. Según Rambo, el mayor Bermúdez se encerró en su oficina desde la mañana de ayer y no ha querido poner la firma final. La salida de Santrich ha generado todo tipo de resistencia, pero y aunque quede en libertad, todavía debe enfrentar el proceso por narcotráfico y definir su situación política.