El domingo antepasado, según informes de la Agencia EFE, el escritor español Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española, contestó a la acusación de ser machista: “El lenguaje inclusivo, uno de los temas con los que se ha creado polémica en el último año en el país suramericano y que busca la igualdad a través de una lengua sin género, es una "estupidez" que le "entorpece" a la hora de ejercer su profesión como escritor. "Me niego a decir ‘Todes les niñes’ …Yo tengo que escribir con claridad, en un código que mis lectores comprendan y compartan, entonces, otra cosa es que el club de niñas analfabetas de Rosario me diga cómo tengo que escribir mis novelas para no ser machista", sentenció. El periodista, que se encuentra en Buenos Aires presentando su última novela, Sabotaje, dijo: "El mundo ha cambiado, la mujer tiene roles que antes no desempeñaba, y es evidente que la lengua debe adaptarse a ello, lo que pasa es que hay límites y el límite es la estupidez". Bajo su punto de vista, “En un mundo donde "la inteligencia está penalizada" en las escuelas, "los imbéciles están ganando", añadiendo "cualquier destello de élite, de inteligencia en general, es sistemáticamente machacado, y eso tiene sus consecuencias al final".
La Real Academia Española (RAE) presentó recientemente su primer manual de estilo del idioma español. Esta publicación es una guía práctica para resolver todas aquellas dudas surgidas de la evolución que en los últimos años han experimentado ciertas cuestiones ortográficas, fonéticas o gramaticales y que hoy en día siguen suscitando confusión o polémica acerca de su uso.
En su primer manual de estilo
la RAE deja claro que el género masculino,
"por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos"
En su primer capítulo, esta nueva obra insiste en la opinión de la institución de rechazar el uso del lenguaje inclusivo y considera así innecesarias todas las variables de inclusión del doble género (como "todos y todas", "todxs", "todes" o "tod@s"). Además, deja claro que el género masculino, "por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos".
Otra de las grandes tonterías de nuestro mundo moderno, es la insistencia en lenguaje “políticamente correcto”. El analista español, Juan Blanco, en el portal DISIDENTIA, trae a colación la siguiente anécdota: “En una viñeta del humorista gráfico Jules Feiffer un hombre dice: “Siempre pensé que era pobre. Pero un día me dijeron que no era pobre sino ‘necesitado’. Más tarde supe que era contraproducente pensar en mí mismo como necesitado: en realidad era ‘desfavorecido’. Luego escuché el término ‘desafortunado’ pero ya estaba en desuso: hoy soy ‘desaventajado’. Sigo sin tener un centavo; pero he ganado un gran vocabulario.” Agrega Blanco: “Los zelotes de la corrección política no solo son ultrasensibles. Al centrarse solo en las palabras, y desdeñar la intención, fabrican, se inventan ofensas, agravios, desprecios e insultos allí donde no existen. La susceptibilidad es su estado natural y la ofensa permanente su visión del mundo. No hay matices, solo existen dos tipos de palabras: los eufemismos políticamente correctos o… los insultos intolerables. Para forzar el uso de los nuevos términos, se acometen agresivas campañas para deslegitimar las antiguas palabras, ahora incorrectas, acusando a quienes todavía las usan de sexistas, racistas, homófobos etc. Se crea así una policía del lenguaje que persigue básicamente a dos grupos: las personas más mayores, que no se adaptan fácilmente a los cambios y los sujetos con cierto nivel cultural, sabedores de que la palabra antigua no solo carece de connotación ofensiva; también describe mejor la realidad.”
La verdad es que los izquierdistas este siglo nos han traído dos enormes calamidades, contrariedades que justifican la opinión de Pérez Reverte en el sentido que los imbéciles están ganado: el lenguaje inclusivo y el lenguaje políticamente correcto.