Después de mucho intentarlo pude ver Avengers Endgame. Me tocó el peor de los horarios: un miércoles festivo a las 9:10 de la noche. Salía a las 12. No me quedaba otra oportunidad sino quería quedar expuesto a la imprudencia de los sapos de Facebook. Pronto no quedará a nadie en esta tierra sin ver la última entrega de los Vengadores. En Colombia, en sólo tres días, la vieron 2 millones de personas, casi lo mismo que puede obtener una película exitosa de Dago García. En el mundo rompe records con la facilidad con la que Thanos destruye mundos.
Es difícil en el cine de hoy poder ver una película que tenga un conecte tan profundo con los espectadores. Fui con una compañera de trabajo. Maria Paula, lectora avispada, cinéfila crítica y prejuiciosa, nunca había visto una sola película de súper héroes. Ni de DC ni Marvel. Nada. Aburrida la arrastré hasta la sala de cine del Titán para hacer el experimento. Para ponerla al día sólo tuve dos minutos de explicación: Thanos es un villano tan malvado, megalómano e ingenuo que está convencido que los grandes problemas de la tierra derivan de la súper población. Por eso, teniendo las 6 gemas del infinito, teniendo el control de la materia, del alma, de la mente, de la realidad, del tiempo, con un chasquido de los dedos puede desaparecer a la mitad de la tierra. Es cruel pero los sobrevivientes, al menos, podrán ver ballenas nadando cerca a Nueva York.
La belleza visual de Endgame sobrecoge a cualquier espectador sin importar la edad o que tanto sepa de comics de Marvel. El guion es tan bueno que a pesar de la docena de protagonistas todos, hasta Capitana Marvel o un Mapache parlanchín, tienen importancia. A mi amiga no tuve mucho que explicarle. Ella, a los 15 minutos, ya estaba viajando por el tiempo con nuestros héroes favoritos.
Endgame cumple con algo tan difícil como es llenar las más altas expectativas. Tuvieron cerca de dos años después de Infinity War para crear un cierre de oro y lo obtienen. Ajusticiar a Thanos en los primeros minutos de la película equivale, en nuestros días, a ver en los noventa a John Travolta siendo asesinado por Bruce Willis en la mitad de Pulp Fiction. Los protagonistas no mueren arrancando. Esta es sólo la primera de una serie de sorpresas que hacen de Endgame la película más emocionante de súper héroes desde El caballero de la noche y la mejor sin duda de una serie que presentó su punto más bajo en La era de Ultrón. La brecha entre Marvel y DC ya se hace insalvable. Batman y Superman, nuestros ídolos de la niñez en los ochenta, han quedado aplastados por la gracia de personajes más humanos como Tony Stark o el mismo Bruce Banner.
Las tres horas se pasaron rápido para María Paula. Ella no se volverá fan de la saga y creo que el único personaje que le interesó es el siempre magnífico y misterioso Doctor Strange. Sin embargo, todos los prejuicios que tenía sobre que Los vengadores era solo una tonta película de hombres de mediana edad en trusa se deshicieron. Endgame no es buena solo por los efectos especiales sino por sus teorías sobre el tiempo, sobre el universo, por la construcción de los personajes y por una trama sólida que engancha a cualquiera. No sean estúpidos hablando de lo que no saben.