El pasado miércoles 2 de abril, un par de sicarios se apostaron en uno de los caminos que el escritor y periodista utiliza normalmente para ir de su casa en Tuluá a la finca El Porce. Por casualidades de la vida, Gardeazábal se demoró más de lo común para el regreso. Todo indica que los matones, al ver que su objetivo ya llevaba varias horas sin pasar y al notar que se aproximaba la patrulla de la policía de Ríofrio, se asustaron y le lanzaron la granada a los policías. Los delincuentes fueron detenidos y se encuentran en proceso de indagatoria. Pero todo no paró ahí, esta mañana a las afueras de su ‘Casa en la carrilera’, uno de sus empleados encontró un arma encaletada en una de las materas del jardín, preparada para ser accionada en cualquier momento. Por lo pronto varios investigadores del CTI y la Sijin de la Policía, comenzaron la investigación. Es de recordar que el periodista mantiene una columna diaria en el periódico de circulación nacional ADN y otra en el Diario MIO, donde no le faltan aperos para pisar varios cayos.
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