Barbacoas es un municipio ubicado en el centro del departamento de Nariño, al sur del país. Hace parte de la región pacífica y está caracterizado por las selvas húmedas tropicales y por estar bañado por ríos importantes que lo han configurado como una importante ruta hídrica del país.
Sin embargo, Barbacoas ha hecho parte de la agenda mediática causa del conflicto armado que ha azotado la región, los recientes desplazamientos y, en este caso, la crisis humanitaria que sufre producto del invierno.
De esta forma, tanto el río Telembí como el Guachicono, Mira, Tola y Rosario mantienen en alerta roja la región por inundaciones. Esta situación ha afectado a cerca de 10 mil personas de la comunidad de Barbacoas, así como las veredas y poblaciones aledañas.
Precisamente, en Barbacoas los barrios más afectados, según las autoridades son Pasogrande, Barragán, Peñalisa, Tres Esquinas, Calipso, Calle Cauca, El Bajito, San Antonio, Calle Cuerno, La Planta y El Túnel, así como la zona céntrica de Barbacoas afectando la parte comercial del municipio.
¿Qué sucede en esta región del suroccidente del país?
Una crisis humanitaria históricamente desatendida. El diagnóstico de Barbacoas, como lo señaló la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios -OCHA, en agosto de 2018, señala que es un municipio que tiene un alto índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), producto de la baja atención e infraestructura en el tema de salud, para la atención y prevención de crisis humanitarias.
Ante este panorama, se ve tardía la presencia del presidente Iván Duque, quién viajó a Barbacoas en compañía del Ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, el ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, la directora del ICBF, Juliana Pungiluppi y un equipo de Prosperidad Social y de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres; quienes hace nueve meses habían sido alertados de la terrible situación en Barbacoas en derechos humanos, salud, saneamiento, vivienda y niñez.
El gobierno nacional, no actúo de manera preventiva, y con el envío de ayudas humanitarias, apenas alcanzan una acción paliativa para una región con problemáticas más complejas y estructurales.
El Estado colombiano se ha rajado de manera categórica en el cumplimiento de política pública para la población que se encuentra en situación de vulnerabilidad, que, entre otras cosas, recrudece con las condiciones medio ambientales, como lo es el caso del invierno que tiene afectada a la población de Barbacoas.
De esta forma, un tema alertado y que ha contribuido al fuerte impacto de la ola invernal, tiene que ver con las graves carencias en saneamiento básico y agua potable.
En este sentido, el informe de OCHA de agosto, muestra que Barbacoas no cuenta con un sistema de alcantarillado, un manejo optimo de residuos y basura, un uso inadecuado de pozos sépticos.
Según los datos del Plan de Desarrollo Municipal 2016 – 2019. “Por un Nuevo Barbacoas: con Salud, Educación, Equidad y Paz”; Barbacoas no alcanza ni el 10% de cobertura en agua potable y saneamiento básico.
Estas condiciones no solo desatan de manera más violenta sobre la población en términos de enfermedades, sino que también el precario manejo ambiental de fuentes hídricas y la presencia de minería ilegal, tala y derrame de hidrocarburos y ataques al oleoducto TrasAndino; han afectado las condiciones ambientales que pueden mitigar las condiciones climáticas por la cantidad de ríos que bañan el municipio.
Barbacoas, una región que debe ser priorizada
Hace 10 meses, el tribunal de Justicia Transicional de la JEP informó que, en el marco del caso 002, habrá una priorización sobre los temas investigativos en las regiones de Barbacoas, Tumaco y Ricaurte, que se mantienen después de la firma del Teatro Colón, como zonas que sufren dinámicas de violencia que complejizan el panorama de los pobladores.
De acuerdo con la magistrada Julieta Lemaitre, presidente de la Sala de Reconocimiento de la JEP, “es una zona del país en donde continúa la violencia, hay responsables que se separaron del conflicto, los comparecientes, no puedes ayudar a hacer una distinción con los respecto a los disidentes y así surja la verdad de la guerra en esta zona del país”.
Asimismo, la priorización de estas zonas busca atender el 80% de las comunidades que son pueblos étnicos, en razón a la especial protección a la luz de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como también de la Corte Constitucional en el caso colombiano.
De esta forma, la priorización debe permitir avances en materia del enfoque territorial y étnico racial, tal como se consagró en el Acuerdo Final.
Los actos violentos perpetrados en estas regiones, que incluye a Barbacoas, tiene que ver con homicidios, desplazamiento forzados, masacres, reclutamiento forzados, secuestro, ejecuciones extrajudiciales y demás vejámenes que ha dejado la guerra en Colombia.
A su vez, Barbacoas es una de las regiones incluidas en el informe que entregó la Contraloría General en agosto de 2018 a la Justicia Especial para la Paz, en la que señala que en este municipio se desviaron recursos públicos que debían, entre otras cosas, asignarse a la suministración de derechos básicos como lo son la salud, la educación y que se extienden en las obras públicas, como el alcantarillado.
El informe advierte, que entre 2007 y 2013 habrían sido desviados cerca de $ 2.417 millones de pesos en el municipio de Barbacoas.
Por su parte, la presidenta de la JEP Patricia Linares, sobre este caso que está siendo investigado, señaló que “El conflicto no se agota en los combatientes, tuvo fuentes de financiación múltiples y estamos seguros que la información de la Contraloría nos va a servir para identificar esos actores que por ejemplo sirvieron a la guerra desde su financiación”.
Desplazamiento, una advertencia vigente
Ya para el inicio del gobierno del gobierno de Iván Duque, para agosto de 2018, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) había realizado un informe con información suministrada por la Unidad de Manejo y Análisis de Información Colombia, la Unidad Indígena del Pueblo Awá (UNIPA), la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) y miembros del Equipo Local (ELC) de Coordinación de Nariño, en donde alertaba del desplazamiento masivo de alrededor de 640 personas, lo que representa un total de 209 familias y 129 de ellos son niños, niñas y adolescentes.
Cabe recordar la región hay una fuerte presencia histórica de comunidades indígenas de Awá y comunidades afrocolombianas en los municipios de Barbacoas y también; en El Charco.
En el caso de Barbacoas, el 25 de agosto, se alertó del desplazamiento forzado de 118 indígenas Awá, del Resguardo Indígena Ñambí Piedra Verde que afectaron un total de 31 familias.
El desplazamiento, producto de la disputa de los grupos armados por el control territorial; también deja entrever una crisis humanitaria que había sido alertada al gobierno nacional e históricamente al Estado que ha decidido, por su práctica, ignorar.
De acuerdo con la información de UNIPA, además de los desplazamientos se destaparon las urgentes necesidades que presenta Barbacoas en términos de seguridad alimentaria y nutricional de los pobladores.
*Publicado originalmente con el título Barbacoas, una región hundida en el olvido. Haga clic aquí para ver el artículo en Fundación Paz & Reconciliación.