Del caso de Claudia y Navarro
Opinión

Del caso de Claudia y Navarro

La elección de la candidatura verde en Bogotá coincide con una corriente (G1000) que, ante mal funcionamiento del sistema electoral, propone uno equivalente al de las encuestas

Por:
abril 24, 2019
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Muchos comentarios se pueden hacer y se han hecho de la forma de elección por parte del Partido Verde para la candidatura a la Alcaldía de Bogotá.

Que es un ejemplo de cultura política y de disciplina partidista que deberían imitar todas las agrupaciones con múltiples candidatos.

Que fue una estrategia que copiaba la de Uribe para la elección de Duque, permitiendo que quien acabara saliendo de candidato pudiera hacer proselitismo y ganar figuración desde antes que se iniciara la campaña por el puesto.

Que el verdadero ganador era quien perdiera pues el segundo premio sería la candidatura a la Presidencia de la República.

Pero lo más interesante es que coincide con toda una corriente que propone que ante la decepción que produce el mal funcionamiento del sistema electoral bajo el cual trabaja hoy la democracia este debería ser remplazado por un simple sistema de sorteo equivalente a lo que hacen las encuestas.

Es lo que propone el grupo G1000, fundado y promovido por David van ReyBrouk a través de su libro Contra las elecciones, el cual ya tiene filiales o agrupaciones que defienden esta idea, cuenta con la financiación de Open Society Iniciative de George Soros, y recientemente tuvo su primera aplicación en Bélgica. Aunque poco se conoce que en ese país conviven no dos nacionalidades (la Flamenca y la Wallona) sino tres con la Germana, y que cada una tiene sus propias instituciones, es la tercera la que decidió ensayar el sistema de escoger mediante esta propuesta los funcionarios que antes nacían de la votación popular.

 

 

Lo que propone el grupo G1000, fundado y promovido por David van ReyBrouk
ya tiene agrupaciones que defienden la idea, financiación de Open Society Iniciative de George Soros, y fue aplicado en Bélgica

 

 

La idea es que de la Registraduria salen aleatoriamente un número estadísticamente representativo de la población (como en las encuestas) y serían estos quien votarían por quienes deberían ser seleccionados.

Por un lado, la premisa es que las votaciones ya no son la verdadera expresión de lo que el habitante desea o requiere sino que el voto se volvió un producto de mercado con todas las características que tiene: desde el clientelismo, hasta las técnicas de mercadeo y la simple compra del sufragio, lo que hay detrás de una votación es un simple negocio en el que la mercancía es el poder.

Por otro se constata que los resultados de los certámenes electorales son predichos con una cuasi certeza por lo que se mide en las encuestas. Solo cuando la diferencia entre las posibilidades de los candidatos es muy pequeña sucede que se dé la incertidumbre sobre el resultado. El margen de error o posible equivocación cuando no coincide una encuesta con lo que resulta en la votación no implica que realmente la encuesta haya fallado sino que algún factor no esperado distorsionó la verdadera voluntad ciudadana; en otras palabras que alguna forma de fraude o trampa o manipulación logró que no se reflejara lo que las mayorías esperaban.

En cambio, el beneficio que se obtendría compensaría el eventual u ocasional mal funcionamiento como mecanismo democrático. Siempre sería estadísticamente menos probable y dañino que una encuesta no exprese lo que la población espera, que el engaño del proceso de venta de los candidatos a través de promesas que se sabe que no podrán cumplir.

Por supuesto, también se ahorrarían las altísimas sumas que se destinan a llevar a toda la población a las urnas; pero desde el punto de vista económico es aún más importante el eliminar el perverso modelo de que es la cantidad de dinero que consigue quien aspira a un cargo lo que determina quién ganará.

No menos importante es que se disminuye la polarización que usan naturalmente los aspirantes como motivación para conseguir seguidores.

Ojalá se pudiera pensar en los cambios que traería a la política en Colombia un sistema parecido…

 

 

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