Cuando Julian Assange aceptó en 2009 de los Medios Británicos el Premio Amnistía Internacional por la exposición de asesinatos extrajudiciales en Kenia con la investigación de “El Llanto de la Sangre”, dijo:
“Es un reflejo del coraje y la fuerza de la sociedad keniana que esta injusticia haya sido documentada. Mediante los enormes trabajos de organizaciones tales como las de la Fundación Oscar, la KNHCR, Mars Group Kenya y otros, tuvimos el principal apoyo para exponer estos asesinatos al mundo. Sé que no van a descansar, y nosotros tampoco, hasta que se haga justicia”.
Muchos aplaudieron, pero otros, tomaron de inmediato sus celulares para solicitar una reunión de modo prioritario, dado que algo estaba pasando en el panorama de la información que se estaba saliendo de control.
Wikileaks (Filtración de Información, como una traducción ajustada del Inglés), una organización sin animo de lucro que opera a nivel internacional, creada por una red en línea de quienes se estiman los albaceas de la verdad, entre los que hay periodistas, expertos en tecnología, académicos, matemáticos y obviamente, personas que no apoyan ninguna clase de totalitarismo a nivel global, amparándose en una tecnología de punta que les permite bloquear cualquier tipo de rastreo a las fuentes originales de las filtraciones, ya iniciaba la obtención de reconocimientos por su trabajo de informes anónimos y documentos filtrados con contenido clasificado, negados al público por parte de Estados y Organizaciones privadas de venta de productos o servicios a los consumidores globales.
En palabras de la Periodista Nikki Barrowclough, Wikileaks, creada en 2002, “actúa como un impulso eléctrico de información altamente sensible o secreta: lo puro, en otras palabras, publicado directamente de los archivos secretos al mundo. Sin filtros, sin reesccritura, sin giro”.
No en vano Julian Assange se convertiría entonces en un enemigo público para el poder hegemónico del mundo, cuando publicó el 5 de abril de 2010 un video de un tiroteo a un periodista de Reuters y su equipo, por parte de soldados estadounidenses desde un helicóptero Apache, en el momento en que estaban haciendo la reportería de cómo unas personas retiraban a muertos y heridos de una zona de conflicto armado. Posteriormente, Assange lideró las filtraciones de documentos que develan sucesos de lo ocurrido en las guerras de Afganistán e Irak, por citar ejemplos significativos de lo que a través de Wikileaks se da a conocer a la opinión global.
Acontecimientos que hicieron, entre muchas otras filtraciones, que Julian Assange tocara las puertas de la embajada del Ecuador en Londres para que este país, el 16 de agosto de 2012, le otorgara un polémico “asilo diplomático”, después de llevar un poco menos de dos meses refugiado en dicha embajada, hecho que fue interpretado como un desafío jurídico y político de este país a los gobiernos del Reino Unido y de Estados Unidos.
Se plantea que a lo largo de su estadía en la embajada ecuatoriana en Londres, Assange continuó liderando las operaciones de Wikileaks como su creador, según algunos en 2006, y siempre su editor jefe, cuando dio inicio al portal de Internet que se encargaría de divulgar anónimamente las injusticias de “regímenes represores”, tal vez tratando de emular lo que en 1971 lideró Daniel Ellsberg, ex analista de las fuerzas armadas de los Estados Unidos, quien filtró al The New York Times, los denominados Pentagon Papers, documentos clasificados que daban cuenta de cómo la presidencia de Lyndon Baines Johnson “había mentido sistemáticamente, no sólo al público sino también al Congreso, sobre un tema de interés nacional trascendente e importante”, diría Ellsberg, haciendo referencia a los acontecimientos de la guerra de Vietnam.
Dentro de esta coyuntura, Julian Assange es acusado por una corte federal estadounidense por “conspiración para infiltrarse en ordenadores al acordar descifrar la clave de un ordenador del Gobierno con información clasificada”. Teniendo presente que lo que lo llevó a la embajada ecuatoriana fue su pedido de asilo en la legación diplomática ecuatoriana en Londres, para evitar su extradición a Suecia, que en ese momento solicitaba su entrega por presuntos delitos sexuales, lo que a juicio de algunos pueden ser imputación de cargos acomodados para lograr su captura a través de otro fin y por parte del mismo Assange una conspiración para desacreditarlo.
El pasado jueves 11 de abril fue capturado el creador de Wikileaks en la Embajada de Ecuador en Londres por parte de la policía británica, quien afirmó que dicha captura se da por que Julian Assange no compareció ante los tribunales de este país por una orden de 2012, mientras que el Presidente de Ecuador, Lenin Moreno, trinó en su cuenta de Twitter el mismo 11 de abril a las 4:27 pm
Ecuador decidió soberanamente retirar el asilo diplomático a Julian Assange por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolo de convivencia. #EcuadorSoberano pic.twitter.com/V02pvvtPY0
— Lenín Moreno (@Lenin) 11 de abril de 2019
Julian Assange, australiano de 47 años de edad, conocido como Periodista, Activista de Internet y Programador empírico, en estos momentos espera qué va a suceder con su vida después de autorizarse a sí mismo como un hombre que en el Siglo 21 aun cree que la verdad se debe saber, aunque ella sea contraria a las lógicas del poder, quien lo expone como teoría y práctica de un desacato.