Colombia, mi país amado al que tanto daño le han hecho, le hacen y le seguirán haciendo, muchos personajes en el Capitolio Nacional, Casa de Nariño y una cantidad de edificios públicos, hace mas de 2 décadas tiene otro problema, como si nos faltara algo más. Una raza de malparidos, ha crecido en frente de nuestras retinas y nosotros no hemos hecho nada para detener el crecimiento, impresionante, de este grupo de manipuladores. Manipuladores, porque juegan con la gente y con un órgano que para el colombiano promedio, es demasiado sensible por falta de salarios justos, oportunidades laborales y no apoyar (como Estado) a la educación como se debería: El bolsillo.
Los parásitos que me indignan, son unas personas (si así les puede llamar) que andan por todas y cada una de las zonas del país, con una biblia en la mano y los bolsillos llenos (no de monedas, sino de billetes de color violeta). Lo que más me indigna, es que estoy seguro que esos personajes no tienen una formación teológica, mínimamente, importante. No comprenden las escrituras. No, pensándolo bien si las comprenden. Las manipulan que es diferente. Ellos, no conocen historias como las de Martin Lutero. En muchas oportunidades, demuestran su falta de comprensión lectora. Era de esperarse, para lo que son unos genios es para hacer cuentas. Los parásitos, tal vez a quien si leyeron mucho fue a Adam Smith. Esta corte de malparidos, se han dedicado a llevar dos mensajes al pueblo; uno de ellos, es satanizar cualquier situación que no sea “aprobada” por el espíritu santo, la otra, y por la que tengo la sangre caliente, es la del cuentico del “Diezmo”. El capítulo 3 de Malaquías, entre los versos 8 y 9, son la cita bíblica que más fácilmente sale de los labios de estos abusadores; la misma dice lo siguiente: ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Es claro, que ellos manipulan este texto y lo acomodan para poder tener billetes de 50 mil pesos, en abundancia, en sus mesas de noche. Estos malparidos, no le explican a sus borregos que esta ley de DIOS, simplemente era obligatoria para el pueblo Israelita, de esta forma, un gentil o no judío no tiene nada que ver con esta ordenanza, sencillamente, por no pertenecer al Antiguo Pacto. Este es en conclusión un mandamiento carnal y no divino, creado por ellos mismos, para sacarle el máximo provecho.
En la misma biblia, que ellos “leen”, en la segunda carta del apóstol Pablo, exactamente en el capítulo 2, versos del 1 al 3, se da la respuesta a por qué ciertas religiones exigen a sus fieles diezmar: Porque desconocen las verdades asentadas en este estudio o bien porque con avaricia hacen mercadería de los creyentes. Claramente, esto nunca lo van a escuchar los fieles que asisten día tras día, a las “magnificas” iglesias que han ocupado gran parte de los garajes de las ciudades del país. Otra situación llamativa, de este tipo de “mensajeros del señor”, es como utilizan al diablo más que al propio DIOS, en sus extensos y enfáticos discursos. Unos malparidos, al fin y al cabo. Asustar al pueblo, para sacarles el dinero, es probablemente una de las situaciones más detestables a las que puede llegar el ser humano.
La ignorancia y el fanatismo, son dos ingredientes que mezclados pueden ser la esencia de un problema macro, en cualquier grupo social. Los fieles, creen tanto en sus pastores, que todo lo que digo en esta columna va a ser una ofensa gravísima, para ellos mismos. De hecho, una comunidad evangélica me detesta, por haber “atacado” a su líder político religioso en una publicación hace unos meses. La biblia, se puede convertir fácilmente en una bomba aniquiladora, si cae en manos de personas que no sepan interpretarla. Hay casos en el mundo, de personas que siguiendo al pie de la letra el Sermón de la Montaña, de Jesucristo, se han cortado sus manos por hacerlos “pecar”. A estas sectas, les da un aval legal nuestra Constitución Política. Los artículos 18 y 19, de nuestra carta magna, consagran la libertad religiosa, por esta razón estos estadistas, usan solo estos dos artículos para mantenerse a flote. Es prácticamente el Malaquías 3: 8-9, legal de ellos. Indudablemente, estos dos libros tan importantes, han dado pie para la explotación del bolsillo de tanto borrego, que adora a estos malparidos.
En conclusión, espero que al menos una de las mentes de los que va a estas iglesias, ahora tenga claro que no debe estar pagando los rolex, ni los viajes, ni las fiestas, ni los autos, ni las casas de estos falsos profetas. También, por otra parte, espero las demandas de muchas iglesias, quienes por supuesto, estarán totalmente en contra de estas afirmaciones mías. Debemos, como país, apoyar la libertad de culto, no la libertad de mentiras. Hermanos en Cristo, por favor no creamos en todo sin averiguarlo. Recordemos que el mismísimo DIOS dijo: “Escrudiñad las escrituras”. Hagámosle caso a ese mensaje y con citas bíblicas, ataquen a esos malparidos que les han estado sacando el dinero a un porcentaje alto de colombianos, quienes en ocasiones pasan necesidades por mantener al pastor al día con las cuotas de los clubes sociales de más prestigio del país.
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