¡Un desastre financiero! Así se puede catalogar la economía de muchos hogares colombianos, que además de verse afectados por las dificultades propias del territorio para conseguir trabajo o un sueldo adecuado, utilizan los pocos recursos que obtienen de una manera absolutamente errónea. Y no, no es que exista una manera correcta o “perfecta” de manejar las finanzas del hogar, pero sí se deben hacer conscientes de algunos gastos inútiles que hacemos y que en muchas ocasiones pueden ocupar la mayoría del capital que obtenemos al final del mes.
Estos gastos inútiles pueden variar de un hogar a otro o de una persona a otra, lo cierto es que las utilidades anuales de empresas licoreras y tabacaleras aumentan casi al mismo ritmo que las quejas de las personas a las cuales su sueldo “no les alcanza para nada” y es claro que no gozamos de una economía fuerte que nos permita satisfacer fácilmente nuestras necesidades básicas, pero créeme que esas salidas semanales de ocio y licor te pueden estar costando más de lo que podrías tener presupuestado.
Pero no todo está perdido si aquellas personas que sienten que su sueldo no les alcanza para nada detectan los agujeros financieros que están generando gastos innecesarios en su capital. El primer paso es tener claro cuánto dinero se recibe, cuánto dinero se gasta y en qué se gasta, escribiéndolo y haciendo las cuentas pertinentes, ocupando primero aquello que es más indispensable como la alimentación y los servicios públicos y dejando el residual para el ocio o la inversión.
Es claro que nunca recibimos ningún tipo de formación financiera de nuestros padres o muy pocas veces se toca este tema en las instituciones educativas, esto sumado a la ansiedad, el estrés y la depresión que nuestra economía nos genera es una mezcla perfecta para las malas decisiones, los gastos apresurados y el derroche monetario, no está de más tomar las cosas con calma y preguntarse siempre antes de comprar algo o asistir a un evento si es totalmente necesario hacerlo, esto no quiere decir que debemos privarnos de todo aquello que nos gusta sino que teniendo un mejor control de la economía personal podremos disfrutar sin preocupaciones aquello que nos ha costado horas de arduo trabajo, mejorando de una manera asombrosa nuestra calidad de vida, aumentando nuestra felicidad y la de aquellos que nos rodean.