Aquellos que conocemos a Marta Lucía Ramírez desde hace muchos años, no podemos creer que sea la misma persona que ahora ostenta el cargo de vicepresidenta de la República de Colombia. En los diferentes puestos que ocupó en gobiernos de distintos partidos desde el liberal de Gaviria, hasta el derechista de Uribe pasando por el conservador de Pastrana, jamás mostró el grado de desconocimiento de la realidad colombiana del cual hoy hace gala, y menos aún, su infinita insensibilidad ante los problemas sociales de amplios sectores nacionales. Basta con mirar su cuenta en Twitter.
Es bueno recordarle a Marta Lucía que en campaña, y en su discurso de posesión, se comprometió a fondo con las mujeres, pero se le olvida que al ponerse del lado de los poderosos niega las necesidades reales de quienes no son parte de esos privilegiados, dentro de los cuales las mujeres son la mayoría. ¿O es que desconoce la realidad de la feminización de la pobreza en Colombia? Y eso que a su lado tiene una valiosa mujer asesorándola, muy sensible a los problemas de género de la sociedad colombiana. ¿Por qué parece no escucharla? Hoy en día me pregunto, por qué no le creí a tantos que vaticinaron su desempeño diciéndome: Espérese y verá…