Según informes de prensa, “una Actuación Especial de Fiscalización iniciará la próxima semana la Contraloría General de la República para determinar en qué se han utilizado los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) por cerca de $800.000 millones que se han destinado a los resguardos indígenas del Cauca en las últimas cuatro vigencias, dado que, según el jefe del organismo de control, Carlos Felipe Córdoba, no se está viendo su impacto y resultados, y quien aseguró que “No estamos viendo resultados representados en mayor salud y educación, ni en el componente nutricional de los niños indígenas”. El Contralor, según los medios, adicionalmente afirmó: “Hoy vemos las circunstancias que están sucediendo en el Cauca. Hay grandes montos de dinero que se han destinado hacia estas zonas y que hoy no se ven, por lo que la Contraloría ha programado a partir de la próxima semana varias actuaciones especiales para saber dónde están esos recursos, que son de todos los colombianos y que deben aparecer porque no hay derecho… da mucho pesar como nuestros indígenas solo comen un amasado de maíz o de plátano y ni siquiera tienen la capacidad de comer proteínas y los niños indígenas mueren en gran medida desnutridos”.
El punto de discordia entre indígenas y Gobierno es presupuestal. Mientras el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) exige que se apropien los $3.6 billones que se necesitan para cumplir los compromisos pactados en gobiernos anteriores; el presidente Duque insiste en que ese rubro se puede deducir de los diez billones de pesos que destinó de manera especial para las comunidades étnicas en el Plan Nacional de Desarrollo.
La verdad desnuda es que esa platica que se les dio a los indígenas,
y casi con total certeza
la que se le puede dar en el futuro, se va a perder
La verdad desnuda es que esa platica que se les dio a los indígenas, y casi con total certeza la que se le puede dar en el futuro, se va a perder. El lector puede tener la absoluta seguridad que esos fondos no van a ser invertidos en educación, salud, vivienda, o recreación. Todos, absolutamente todos los indicadores sociales muestran que los dos departamentos más rezagados del país son Chocó y Cauca.
También tiene que tener el lector la absoluta certeza que dichos recursos no van a ser invertidos en proyectos productivos diferentes a la coca y la marihuana. Con honrosas excepciones, la agricultura sostenible y rentable no es lo de los indígenas del Cauca. La admirable actividad agrícola de los indígenas de Nariño es harina de otro costal.
Lo que si podemos tener la seguridad es que los 13 billones que exige la Cric, si no hay supervisión o control alguno como ellos lo exigen, van a ser invertidos en:
- Campañas políticas. Buena parte de esos fondos, muy seguramente empacados en bolsas plásticas, va a terminar en manos de los candidatos de extrema izquierda.
- En consolidar las 15.000 hectáreas de coca, marihuana y amapola que actualmente cultivan.
- En cursos de adecuado manejo de explosivos para impedir accidentes como el de Dagua, donde murieron 8 indígenas.
- En ampliar su control territorial por las buenas o por las malas, con el espurio argumento de que están recuperando la “Madre Tierra”, no para cultivarla sino para picarla.
Los contribuyentes, que al final del día somos los que aportamos estos fondos, tenemos que tener el convencimiento que los hallazgos de la Contraloría General de la Nación en el mal uso de los recursos que aportamos no es un caso aislado: es la regla. Esa platica, amigo lector, se perdió y, si la sigue manejando la Cric, se va a seguir perdiendo.
