Las zarigüeyas no son ratas. No se alimentan de la basura ni se procrean en medio de ella. No propagan enfermedades y por eso, a muchos, han empezado a despertar ternura. Sin mencionar que cumplen un papel fundamental en los procesos bilógicos urbanos.
La popularmente conocida “chucha” se alimenta principalmente de frutas, raíces e insectos. Cumple funciones ecológicas importantes como ayudar a dispersar semillas y por eso se ha ido ganando el cariño de muchos medellinenses. Y es que en la plazoleta de suramericana de la comuna 11, junto al barrio Carlos E. Restrepo, por ejemplo, las personas conviven de manera armónica con estos curiosos marsupiales. Se ha vuelto regular verlos caminando en las calles y descansando en los jardines sin ningún rastro de nerviosismo hacia las personas.
Pero todo no es color de rosa para estos animales en Medellín. Solo en lo corrido del año 2019 se han reportado 163 casos de zarigüeyas muertas: 56 por atropellamiento, 51 por golpes con objetos contundente como machetes o piedras, 22 por ataque de perros y 19 crías huérfanas que no lo lograron.
Ante este panorama, las autoridades paisas se comprometieron a velar y trabajar por las zarigüeyas que consideran un animal amigable para la vida urbana. Su tarea es que las personas entiendan que la zarigüeya no representa ningún peligro para su salud, al desmitificar las invenciones que existen alrededor de ellas, y por ende velar por su conservación y respeto, pues al contrario de lo que se cree, las “chuchas” generan beneficios como el control de alacranes e insectos.
Así pues, con obras de teatro, talleres de capacitación y espacios de interacción con las chuchas, los paisas se han ido comprometiendo a trabajar por el mejoramiento del hábitat de este animal.
“Visitamos planteles educativos, barrios y urbanizaciones, para mostrarles a los habitantes de una forma divertida, a través de obras de teatro, como podemos convivir de forma tranquila con las zarigüeyas, animal que cumple una función primordial en el ecosistema”, señaló Sergio Andrés Orozco Escobar, secretario del Medio Ambiente, y agregó que los proyectos de educación por el respeto a la fauna y la buena tenencia animal, han permitido la sensibilización de más de 95 mil personas.
Además del respeto por la vida de estos animales, está la importancia de reportar accidentes, para atender las zarigüeyas heridas por diferentes causas, ya que la mayoría de casos además de por la ignorancia de la gente, se da por atropellamientos con o sin culpa, pues las “chuchas” se quedan inmóviles ante la presencia de las luces de los carros, por lo que se recomienda tener prevención en el manejo, ante la presencia de éstos y todos los animales que cruzan por las carreteras y algunas vías.
La ciudadanía puede reportar a la línea 123; al Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 385 60 00, a la Fundación Zarigüeya, 350 534 22 21, los casos que pongan en riesgo la conservación de esta especie protegida.
El llamado es a ser responsables y respetuosos con la fauna y la flora, sobre todo con la zarigüeya, el único marsupial de América.