El episodio de la escogencia de la terna para nombrar Alcalde Encargado de Bogotá, el reversazo de la renuncia irrevocable del gabinete de Petro y la decisión de participar en las próximas elecciones atípicas para la Alcaldía, dejan ver la debilidad del proyecto de Petro y la necesidad de que los trabajadores lo arropemos y rodeemos para llevarlo a puerto seguro.
La decisión inicial de Petro era romper totalmente con el establecimiento golpista y lanzarse decididamente a impulsar el Proceso Constituyente. Era la decisión correcta. ¿Por qué? Porque a un Golpe de Estado no se le puede responder con conciliaciones. La oligarquía rompió con su legalidad y no existen garantías para hacer política en Colombia.
Lo lógico era que el pueblo bogotano también sufriera el golpe. Sólo así potenciaría y descargaría toda su fuerza en el Proceso Constituyente. Además sabemos de antemano que cualquiera que llegue a la Alcaldía, bajo el actual régimen de dictadura corporativa neoliberal no va a poder desarrollar el Programa de la Bogotá Humana. El chantaje, la presión y el bloqueo estarán sobre él o ella.
Sin embargo, los Navarros y cías., presionaron a Petro, lo obligaron a "rectificar" porque supuestamente "había que ser responsables con el electorado" y lo llevaron a conciliar. La esperanza de ellos - burócratas de tiempo completo - es que el pueblo en Junio refrende el mandato y elija al candidato heredero. ¡Vana ilusión! La oligarquía toda ya se unió contra la Bogotá Humana y lo va a hacer en Junio.
De esa manera Petro a la cabeza de un Proceso Constituyente se arriesga a una derrota electoral que le va a quitar impulso a la tarea central. Lo correcto era mantenerse en la raya.
Pero lo más grave es que la Bogotá Humana no tiene verdaderos "herederos". Ninguno de los dirigentes que rodean a Petro tienen la capacidad de riesgo de éste. Son tan flojos y chantajeables que muchos de ellos decían - recién conocido el fallo del Procurador - que Petro "se equivocó" o "que dió papaya". Incluso Navarro planteaba que la sanción era desproporcionada, o sea que de entrada aceptaba que Petro había cometido una falla, error o delito.
Por esa razón hay que apoyar y rodear a Petro. Los trabajadores y el pueblo debemos impulsarlo mediante nuestra organización para impedir que los conciliadores de siempre lo frenen y "moderen".
Del pueblo y su nivel de organización depende todo.