Estimado José Ramón Burgos.
No creo que haya una potencia extranjera detrás, ni que sea un complot de la "extrema izquierda", pues cuando las Farc circulaban por territorios indígenas tuvieron diversos enfrentamientos con la guardia indígena, que, entre cosas, los acusó del asesinato de varios de sus líderes por oponerse al reclutamiento de menores y otros atropellos.
Tampoco creo que la "extrema izquierda" sobreviva en el mundo después de la caída de la URSS y la voltereta de China con su híbrido de autoritarismo de Estado en lo político y capitalismo en lo económico.
Los indígenas se organizaron a partir de las alas a la reforma agraria que le dio Carlos Lleras Restrepo en su gobierno y estimuló la creación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), que en el Cauca tuvo su versión en los cimientos del Cric, inicialmente estimulados por integrantes del Movimiento Revolucionario Liberal con su jefe máximo Alfonso López Michelsen y la izquierda liberal, entre los que en el Cauca estaban: Gustavo Mejía de Corinto, Olid Larrarte, Omar Henry Velasco y Paco Quintero.
Algunos antropólogos y sociólogos que trabajaban en el Incora, conocedores de la historia indígena y de la propiedad que desde la colonia les habían asignado sobre sus Resguardos, estimularon su organización para que recuperaran la tierra movilizándose a través de los cabildos, sus formas sobrevivientes de organización comunal.
La Anuc se debilitó después de dar enconadas luchas sobre todo en la costa atlántica, donde movidos por la consigna de "a desalambrar" asociaciones de aparceros ocuparon grandes haciendas de los ganaderos y agricultores que fueron indemnizados por el Incora, al igual que en el Cauca, y décadas después, los antiguos hacendados serían reemplazados o se transmutarían, en los narco-caballistas-terratenientes, que amparados en los paramilitares de las Convivir y en parapolíticos serían convertidas en las AUC, de Castaño, Mancuso y Cia, y gracias a ellas agrandaron sus propiedades, auspiciaron numerosas masacres y desplazaron a miles de familias, a las que con argucias leguleyas e historias de "compradores de buena fe" no les quieren restituir sus tierras, en este nuevo período de la "Seguridad Democrática".
Los indígenas por ser los más organizados se consolidaron con el Cric, no solo en el Cauca, pues promovieron la creación de otros consejos similares en Valle, Tolima, Magdalena, Antioquia Chocó y otros departamentos y los cuales se agrupan en la Organización Nacional Indígena (Onic) y por su política de expansión de territorios apabullaron a los antiguos terratenientes, a campesinos mestizos y a los afros.
Con la Constitución del 91, los indígenas y afros tuvieron mayor reconocimiento legal para sus territorios ocupados desde hace tiempo y para su autonomía y cultura.
Con la ley de ordenamiento territorial los indígenas han sido los únicos que han aprovechado las ventajas que les brinda en cuanto a la administración de sus territorios y en manejo de recursos destinados a la salud y educación, justicia propia (con limitaciones), entre otros aspectos. Las comunidades afro han tenido avances en lo organizativo, pero sin duda los que más se han hecho sentir son los del Cric, sobre todo en el Cauca.
Por no ser la tierra estirable como el caucho, en el departamento y en el país urge que lleguen a un acuerdo en cuanto a la propiedad de la tierra tanto las comunidades indígenas, campesinos mestizos, las comunidades afros y empresarios agrícolas, pues de no hacerlo, a la larga se agravarán conflictos similares que se presentan a menudo: como sucedió recientemente en Caldono entre nasas y misaks agarrados a garrote y machete; entre afros y nasas por una propiedad en Buenos Aires; en Coconuco alrededor del balneario termal de Agua Tibia o como se da actualmente en el norte del Cauca con indígenas enfrentados a cañicultores.
En la actual minga han incorporado puntos que tienen que ver con políticas nacionales en sus territorios como los grandes proyectos mineros, la explotación petrolera mediante el fracking, la construcción de hidroeléctricas, el asesinato de líderes, entre otros temas de difícil resolución, pero que tienen que ser discutidos o negociados por el presidente Duque, sobre todo en su primer año de gobierno, para despejar dudas que preocupan a los mingueros.
Ya no es sostenible para todas las comunidades del Cauca, Valle, Nariño, Putumayo, Caquetá y Huila y para la economía regional, nacional e internacional, que la minga indígena se institucionalice anualmente antes de la Semana Santa.
Y si lo hacen, que por favor y para variar roten los bloqueos de región y departamento, para que en Cundinamarca, los Santanderes, la Costa Atlántica, Antioquia y demás sepan lo que son quince días o un mes con el movimiento de vehículos, personas y bienes interrumpido