Acabemos la corrupción y recuperemos la fe

Acabemos la corrupción y recuperemos la fe

Por: JOSÉ ALFREDO MONCAYO ARENAS
marzo 27, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Acabemos la corrupción y recuperemos la fe
Imagen Nota Ciudadana

Es difícil tener fe en el país del Sagrado Corazón, donde desde hace décadas es evidente una absoluta crisis moral y de liderazgo, en ausencia de partidos políticos con identidad ideológica, que asuman posiciones claras y coherentes frente a los problemas fundamentales que nos aquejan, hemos venido acostumbrándonos a aceptar lideres que, en su mayoría, descaradamente defienden intereses particulares, personales e incluso delincuenciales, desconociendo el bienestar general de la sociedad.

Por esta razón, se encuentran enclavadas en nuestra estructura social y económica, la inequidad, la pobreza, el hambre, la desprotección social, el desempleo y para millones de compatriotas, una angustiosa subsistencia basada en la tragedia y la incertidumbre del diario rebusque, aspectos todos inherentes a una hiriente desigualdad, soportada en una crisis institucional estructural, reflejada en casi la totalidad de los sectores y actividades que involucran desde la seguridad social, con un sistema de salud costoso e inoperante que ha servido para enriquecer a corruptos privados y públicos, pensiones subsidiadas para unos pocos privilegiados y una desastrosa cobertura en el resto de la población; hasta una justicia, sin una clara política criminal, cada vez más costosa pero en decadencia y con poca credibilidad e igualmente tocada por el lastre de la corrupción.

Y como si fuera poco, nuestra fuerza pública no se salva, asimismo beneficiada con altos recursos por parte del Estado y aunque integrada seguramente en su mayoría por valiosos servidores, continuamente es merecidamente cuestionada porque en muchos de sus niveles, incluidas sus más altas esferas de dirección, mantienen comprobados y evidentes nexos con la delincuencia organizada, el paramilitarismo y es reciamente salpicada con distintos asuntos de corrupción sin resolver.

En el tema de nuestra precaria competitividad, por una parte, no podemos dejar de mencionar la tendencia generalizada hacia el deterioro en la calidad de la educación, haciendo salvedad de unas pocas instituciones que logran acomodarse, evolucionar y liderar un importante progreso en la formación de unos cuantos colombianos y, por otra, desafortunadamente, en el campo de las obras públicas, los presupuestos destinados al bienestar general, se diluyen por efecto de la corrupción, sin contribuir eficazmente a sacarnos del subdesarrollo, porque son una enorme fuente de desviación y atraco de los recursos del estado. Igualmente, tanto el sector agropecuario, dejado a su suerte, perdiendo mercados y competitividad, como en el sector industrial que continuamente pierde puestos de trabajo, presentan características individuales y particulares que no son consideradas con seriedad cuando se trata de determinar políticas que mejoren nuestra precaria competitividad.

Así podríamos seguir enumerando a manera de un vía crucis las penalidades que agobian al pueblo colombiano, las que son ignoradas por nuestros decadentes e inconsecuentes lideres y, sin embargo, pareciera que nos acostumbramos a que nos gobiernen personajes ineptos, sectarios, dudosos y amañados con el injusto statu quo. Y para no ser tan pesimistas debemos decir que se salvan la producción y explotación petrolera y la minería, pero preguntémonos que beneficios están dejando, además de ser la fuente de recursos de la “mermelada” usada con fines políticos por el gobierno nacional y unos enormes huecos sin riqueza. Los otros sectores altamente rentables y fuertes, son los servicios bancarios y de comunicaciones, que más que al país en general, le dejan a sus dueños cuantiosas utilidades.

Por lo antes dicho, podríamos sin lugar a equívocos afirmar que las recientes elecciones del Congreso, son una muestra del sentimiento ciudadano, con una abstención cercana al 60%, votos nulos y en blanco alrededor del 20%, votos validos que apenas llegan al 36% del potencial de sufragantes, todo esto muy a pesar del aceite proporcionado a la maquinaria electoral por la “mermelada”, cifras que sumadas a la elección de muchísimos congresistas herederos de la parapolítica, hacen bastante cuestionable la legitimidad de muchos de los nuevos y reelegidos padres de la patria.

Pero estas cifras electorales no son tan malas, porque la alta abstención muestra que unidos los electores si tenemos la capacidad de cambiar esas decadentes y dañinas estructuras de poder, eligiendo a la derecha, al centro o a la izquierda, pero siempre con un voto juicioso, reflexivo y consecuente con la necesidad de cambio. Por todo lo anterior, si consideramos que ninguna de las fórmulas presidenciales nos representa, es valido pensar para las próximas elecciones en el voto en blanco, porque aunque no alcance la mayoría, si tiene claramente una justificación, sustentada en el reproche a las viejas costumbres políticas y como castigo a la detestable corrupción que debemos considerarlo el primer enemigo de nuestra sociedad. Toda vez que, si nuestros dirigentes y la inconsecuente o tal vez inexistente política criminal en Colombia no lo considera así, las bases de la sociedad tenemos la obligación de enfrentar democráticamente a los corruptos, delincuentes e incompetentes, castigándolos en las elecciones y así desde las bases del pueblo podremos recuperar la fe en nuestra patria.

@JoseAMoncayoA

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Nota Ciudadana
¿Por qué las denuncias de Olmedo López deben tomarse con pinzas?

¿Por qué las denuncias de Olmedo López deben tomarse con pinzas?

Nota Ciudadana
Caricatura: ¿Cómo creerles?

Caricatura: ¿Cómo creerles?

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--