Como se comentaba desde la semana pasada, en la noche de este domingo, el presidente Iván Duque, le anunció al país que objetaría seis artículos de la Ley Estatutaria de la JEP. Aunque el proyecto tiene en total 159 artículos, la objeción anunciada deja inmediatamente en pausa y sin aplicación a los 153 artículos restantes. No podíamos esperar menos de Duque, él está cumpliéndole a su partido y a los colombianos que lo eligieron, era una promesa de campaña, debía hacerlo, aunque cumplirles lo lleve a cometer grandes errores y nos lleva a los colombianos de nuevo a la Patria Boba.
Yo no puedo estar de acuerdo con el presidente, desde el momento que escuche la alocución presidencial, no dejan de rondar en mi cabeza las palabras de Fernando Londoño: "Vamos hacer trizas ese maldito papel que llaman acuerdo final con las Farc". A pesar de las maquilladas palabras y buena retórica del presidente, este es un golpe muy duro al acuerdo de paz, va en contra de la decisión tomada por la Corte Constitucional y juega con el apoyo que le ha dado al acuerdo la comunidad internacional.
La decisión del presidente deja un mal precedente de cara al futuro, una vez más el Estado colombiano incumplió lo pactado, es que debemos recordar que lo firmado, no es un acuerdo entre las Farc y Juan Manuel Santos, es las Farc y el Estado colombiano; justamente por esa razón, es que el acuerdo y los proyectos de ley les daban a los exguerrilleros seguridad jurídica, como lo dijo el procurador Fernando Carrillo: “Esto va a generar un enfrentamiento innecesario entre los poderes públicos y a abrir un espacio a la inseguridad jurídica sobre el cumplimiento de los compromisos del acuerdo final”.
Es cierto, la JEP va a seguir funcionando, pero quedará en un limbo terrible. Las objeciones presentadas por el presidente y el anuncio de una reforma constitucional para modificar el Acto Legislativo 01 de 2017, que, entre otras cosas, le dio base jurídica al acuerdo de La Habana, es algo que dejará en vilo el acuerdo durante los próximos meses. Vamos a tener semanas de fuerte confrontación política. Miente el presidente al decir que esto busca unir a los colombianos, porque su decisión lo único que hará es reabrir los debates y polarizar más.
Ahora todo pasa a manos del Congreso de la República, en donde las objeciones deberán ser discutidas. Ahí comete otro grave error el presidente, juega con un capital político que no existe, no tiene mayorías en el legislativo para poder hacer las reformas que él quiere a la JEP. Además, si ustedes se toman el trabajo de leer y entender, tanto el acuerdo como los actos legislativos y los proyectos de ley, que tienen que ver con el acuerdo de paz, se darán cuenta que acá estamos retrocediendo, pues ya todo esto fue aprobado por el Congreso y discutido por la Corte Constitucional, por lo tanto, estamos poniendo en riesgo lo hasta ahora conseguido, estamos regresando a la agenda de odio y polarización, mientras nos alejamos de la esperanza e ilusión de paz.
Sin duda, todo esto marca un antes y un después en el acuerdo de paz. Por fin conocimos la postura del presidente frente al acuerdo, este es el primer gran anuncio de Iván Duque sobre este tema desde que asumió como presidente de los colombianos. Ahora yo me pregunto: ¿qué estarán pensando los exguerrilleros que se acogieron al acuerdo de paz?, ¿qué pensarán los militares que se acogieron a la JEP?, ¿qué dirán hoy los magistrados de la Corte Constitucional?, ¿cuál será la postura de los países garantes después de esta decisión?, ¿estarán felices el senador Álvaro Uribe y el Fiscal General de la Nación?
