El pasado 5 de marzo se cumplieron 6 años de la muerte de Hugo Chávez, fecha oficial según la banda marxista que ha espoleado a Venezuela durante 20 años.
Ahora bien, indudablemente, Chávez fue un personaje que vivió haciendo el mal y murió haciendo el mal, y que no tuvo dignidad ni en el momento de irse de este mundo, ya que se dejó utilizar de manera ruin por el dictador cubano Fidel Castro para nombrar como su sucesor a la bestia comunista de Nicolás Maduro.
Los resultados de la infame obra de Hugo Chávez se encuentran a la vista, con el fracaso estruendoso en Venezuela del socialismo del siglo XXI, que trajo la quiebra más grande que haya conocido cualquier país latinoamericano en toda la historia, en el aspecto social, económico, moral, político y cultural, con la consiguiente miseria para el pueblo venezolano, que tiene que sufrir hambre, humillación, represión y desplazamiento.
El difunto presidente venezolano aunque se disfrazaba como cristiano, tuvo una vida antagónica a la doctrina de Jesús de Nazaret, porque su ambición por el poder era enfermiza, llevándolo a realizar una intentona de golpe de Estado como teniente coronel en febrero de 1992, siendo el resultado una cifra gigantesca de muertos y heridos; subrayando que Jesucristo, absolutamente contrario a lo hecho por Chávez, hace 2000 años estuvo en medio de mujeres y hombres proclamando la venida del Reino de Dios, rechazando ser gobernante y todo ofrecimiento que le hizo el mismísimo Satanás; resaltando además en su mensaje la célebre frase: “hay que dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del Cesar” para no revolver la política y la religión, como lo hizo el finado mandatario venezolano.
Los 14 años de Chávez en el gobierno del país vecino fueron una calamidad que llevó a la tierra de Bolívar a convertirse en una colonia cubana. Además, como nostálgico de la guerra fría, al no admitir por su delirio marxista que el muro de Berlín se había derrumbado, con la consecuente debacle de la cortina de hierro, se dio a la tarea de reeditar al comunismo totalitario con el llamado socialismo del siglo XXI, queriendo construir en la región la Unión Soviética latinoamericana, convirtiéndose Chávez en un títere del sátrapa de Fidel Castro, que prácticamente le daba toda la orientación para llevar a Venezuela a la esclavitud política comunista.
Chávez trajo desgracias y sufrimientos para Venezuela y la región, por ello como resultado estamos viendo la bancarrota del socialismo del siglo XXI, el foro de Sao Paulo y los autodenominados gobiernos “alternativos” que también han dejado como herencia una corrupción a gran escala con la empresa brasileña Odebrecht, cuyo padrino político fue Lula da Silva, contando con la complicidad del fallecido orate venezolano, eso se realizó para cooptar gobiernos y unirlos a la “causa socialista”.
También para Colombia, Chávez fue un personaje tristemente célebre, ya que buscó entrometerse siempre en los asuntos de la nación, respaldando a los grupos terroristas de las Farc y el Eln, dándoles status político y de beligerancia, mostrando su hostilidad así nuestro país y estropeando la buena vecindad, amén de que convirtió a Venezuela en refugio de la narcoguerrilla, como se ha denunciado en múltiples ocasiones, sin olvidar las amenazas que hacía con sus aviones sukhoi.
El ascenso de Chávez al poder se dio por falta de percepción política del sector dirigente en Venezuela, pues pasaron tres años desde el Caracazo a principios de 1989 hasta el malogrado golpe del 4 de febrero de 1992, y sin embargo no se tomaron las medidas y correctivos en todo ese tiempo, para evitar que el lastre chavista se apoderara de la nación más adelante, lo que significa que la responsabilidad de partidos como el Copei y Adeco es notoria, al no medir lo que venía con el malestar popular en el gobierno de Carlos Andrés Pérez; situación que debe servir de espejo para naciones como Colombia con su dirigencia política.
El difunto presidente venezolano pretendió aplastar la inteligencia de América Latina, al reciclar del basurero de la historia al marxismo leninismo desechado en el viejo continente después del derrumbe de la URSS, para implementarlo en la patria de Bolívar y posteriormente expandirlo por todos los países con el sofisma de la “liberación”, semejante asalto al sentido común del disparatado mandatario fue una ofensa a la democracia, ya que su intención era envilecer a nuestras naciones para volverlas más maleables a futuras dictaduras comunistas, contando con el acompañamiento del foro de Sao Paulo que es un engendro marxista para la opresión, fundado por Fidel Castro y Lula Da Silva en 1990.
De Hugo Chávez se podrían decir muchas más cosas en el sexto aniversario de su muerte, pero como corolario cabe hacer referencia a lo melancólico y grotesco, es decir a como fue utilizada su enfermedad por la camarilla cubana junto con sus herederos políticos en Venezuela para evitar perder las elecciones de octubre del 2012 ante la oposición. Esto demuestra que hasta para morir no tuvo dignidad, porque se creía un iluminado que con la asesoría de Fidel Castro sería de pronto inmortal, de ahí que por su superstición se hizo tratar en Cuba, dándole a sus últimos días de vida un carácter mágico, producto más de sus fantasías burocráticas antes que dejarse llevar por la realidad; así que Chávez en su vida por su megalomanía pasó por este mundo haciendo siempre el mal y por eso a futuro se irá convirtiendo al igual que Fidel Castro en polvo cósmico execrable.