“Cambio un árbol de limones por casa con alberca”. Es tan absurdo el precio del cítrico que los memes de la redes sociales invocan el ingenio mexicano poniendo a los limones a la par de la libra esterlina, las reservas federales o en el rango del cacao en la época precolombina. A ese ingenio se adhirió Ilde Guajardo cuando dijo ser mayorcito para echarle jugo de limón a los tacos; esas costumbres, aseveró, son de los jovencitos que le ponen ácido a todo lo que comen y beben. Si se alcanza a ver bien al Secretario de Economía, no pertenece a la generación de los dinosaurios priístas, aunque es mayor que su jefe que despacha en Los Pinos. La gran recomendación de Ilde a los chavos (Peña Nieto) y a las amas de casa (Angélica Rivera) es que prefieran lo que hay, pues tenemos muchos melones y muchas sandías. Se le nota al señor Secretario que es un cliente asiduo de Hooters. En las taquizas de Peña Nieto, Ildefonso ya no será invitado porque no pertenece a la generación limonera del jovenazo mandatario. Menos querrá Guajardo darle explicaciones a la Primera Dama de México, como la Primera Ama de Casa del País, por los diez dólares de un kilo de cítrico. Las apariciones del titular de Economía le pusieron cáustico a la herida de millones de familias, que por recomendaciones suyas, aquellos que quieran limonadas, mejor que hagan papayadas. México es un país próspero para que sus gobernantes se vean irremediablemente lanzados a pepenar lo que hay, que si solamente hay Ildefonsos, pues no le queda de otra al gabinete federal, que hacer ildefonsadas. Los memes de las redes sociales y las genialidades del titular de Economía, discurren entre los asaltos carreteros a los contenedores de cítricos, a los robos a las plantaciones, a las quejas de la Canacope, a las promesas de Sagarpa y a las autodefensas armadas para proteger los plantíos limoneros. Las estipulaciones del seudo peñismo, de aguardar a que pase abril, no son de melón o sandía, son Guajardo, el del otro día.
De todo nos acusan señor Presidente, menos de “Pendejos”, es la sentencia de Martínez Domínguez a Luis Echeverría que se creía inhumada una vez que llegó la transición democrática. Pero el sepulturero del PRI y perseguidor de Echeverría, se une a la estirpe del Halconazo cuando defiende a sus entenados Bribiesca con la humorada de que es grilla lo de Oceanografía o que a su familia se le acusa de todo y sin pruebas. Ha tenido el coraje como Ebrard o la desfachatez de dar su bigote y no esconderse como lo han hecho Rosario Robles por el reciente despecho de su ex novio o de Felipe Calderón por las implicaciones de sus protegidos con Yáñez. Es más, para que noten que no se trata de un asunto meramente de casa, ahí está la grilla de la prensa panista guanajuatense revelando que los diezmos azules también se pintan de tricolor cuando los diputados Villarreal y Beltrones, son pares. Vicente Fox creó la Femospp y no dudó en considerar esa cacería de brujas en un aquelarre contra LEA, se trataba de hacer justicia al pasado corrupto y criminal que lesionó, entre otras cosas, al Rancho San Cristóbal con el reparto agrario de los años setenta. La Guerra Sucia a juicio, valía la pena; Oceanografía a juicio, es grilla. El vengativo Presidente de la Transición, hizo del “lavado de Francisco Labastida y Romero Deschamps” la joya de sus manos limpias. Pero descubrió un abrevadero para sus entenados: el Pemexgate indicó cómo era posible reemplazar una putrefacción por otra (Oceanografía), usando de fachada la alternancia presidencial.
Desde que Miguel Márquez salió a abundar sobre los mil 700 millones de pesos que el Congreso de la Unión le entregó a los alcaldes de Guanajuato y en los que participó el diputado Arroyo Vieyra, podían percibir los legisladores tricolores hacía dónde apuntaban las pesquisas del diario AM. De no haber sido por Reforma que reprodujo el reportaje, Manlio Fabio Beltrones, no se habría enterado de los señalamientos que le hicieron en Guanajuato como parte de los diezmos cobrados a los alcaldes de esa entidad como de Sonora. Al diputado Arroyo bien le valía anunciarle a su jefe las versiones difundidas en Guanajuato para no tener que valorar a la prensa buena del DF y la mediocre de provincia. La investigación de AM equipara a Beltrones con Luis Villarreal por los moches exigidos a los ediles a cambio de obra pública. Para el diario es obvio que si Fernando Heras es colaborador del coordinador de la bancada priísta y además, enlace entre los alcaldes y las empresas Inpromo, Infraco, entonces Manlio forma parte de esa red de corrupción. El hecho mismo que el Reforma le diera segundo aire al caso, definía la estrategia panista que intenta distraer con las denuncias de los mismos ediles albiazules adversos al grupo maderista. ¿Qué tanto es una cortina de humo la maniobra que horizontaliza los diezmos albiazules con los diezmos tricolores? Arroyo calificó de infamias, calumnias baratas y mentiras viles que Velásquez Campa, Quintero Abril y Cabrera Luque se identificaran como enviados de Manlio y Villarreal. Los maderistas abrieron un flanco que les permitirá avanzar en su proyecto reeleccionista, si no es que interpretan de forma distinta sus adversarios las alianzas con los priístas; no es que unos y otros sean iguales de mañosos, sino que están en el mismo proyecto político para los próximos años como suelen reprocharle los corderistas. La carta aclaratoria enviada por Beltrones no aporta mucho, salvo que se autodefine como ave de tempestades que ha sobrevivido las distintas zancadillas que le han puesto en su camino, siendo las más relevantes, Raúl Salinas y Luis Donaldo Colosio como la DEA y el Señor de los Cielos. Para la nueva generación de la clase gobernante tricolor, la misiva de Beltrones, no solventa la mística que separa la década perdida con los que llegaron a cambiar México y no ser parte de lo mismo. Si a los panistas no les bastan las aclaraciones ligeras de Madero y Villarreal sobre los moches edilicios, a los nuevos priístas tampoco les cuadrará la ligereza acotadora de Arroyo Vieyra. Por menos, a Benítez Treviño y a Paco Rojas, los echaron.
Golpear mujeres, es una tradición mexicana que no se extingue como dejó ver Alexia Imaz. La lucha de las mexicanas para conseguir los mismos derechos que los hombres, hasta hacer del maltrato un delito penado en las leyes, se topa sin embargo, con el encubrimiento de esas “viejas” a quienes las humillan porque las aman. La ex novia del Güero Castro, una chica europea sin visos de masoquismo, ha salido a reprocharles a sus conocidas, por esparcir el rumor que la separación con José Alberto, no fue por las palizas que le proporcionaba cuando el alcohol lo hacía insoportable. Ni porque los amigos del Güero menudearon la especie que era intolerable seguir conviviendo con una gala afín a los estupefacientes, Angelique muda de parecer. Entre el alcohol y la marihuana, Cupido se extingue. El amor jurado entre Boyer y Castro, sigue dando qué hablar, aunque las ingratitudes no son domésticas como expuso el pibe Ahumada con la chica de sus sueños; ni los placeres sodomitas exclusivo de las mexicas, como niega Boyer. Las ex mujeres del Güero por vergüenza propia no lo califican de misógino, las amaba en ese momento como ahora las respeta: es un macho que las empodera.
Miguel Angel Osorio Chong no puede llamarse sorprendido con las malas cuentas que trae de Ginebra, Lía Limón. La subsecretaria mantuvo su perfil panista ante la ONU y con ella, sostuvo la validez del arraigo. El gran avance mexicano en los derechos humanos, es que de 176 recomendaciones de las Naciones Unidas, únicamente fueron rechazadas diez, entre ellas la brutal figura que primero apresa, intimida, deprava la presunción de inocencia, para luego preguntar. El arraigo ha sido combatido por Murillo Karam, aunque suavizado por la izquierda en el DF como si tantito es menos en la escala de violaciones a los derechos de los hombres. Porque dicha figura fue el mazo del calderonismo, que aunado al testigo protegido, malversó a la procuración de justicia al estilo de los totalitarismos europeos. El afamado “Pitufo” que se dedicó todo el pasado sexenio a denunciar por encomienda a los adversarios de la derecha, hoy está prófugo si no es que en una fosa clandestina para que no meta reversa en sus procacidades. Todos aquellos perseguidos, arraigados, aprehendidos y deshonrados, no tendrán cómo obligar al Estado a resarcir los daños. El final del arraigo es cuestión de meses, ni Peña Nieto, ni Murillo y menos Osorio Chong comparten las inclinaciones demonizantes del extremismo. De las 166 recomendaciones aceptadas, solamente una ensucia a las demás y vuelve nulo el interés peñista de hacer de la cultura de la legalidad, un patrimonio de cada mexicano.
Seguido al encuentro con Lew, Videgaray dio el siguiente paso con Jeh Johnson: atender la agenda bilateral aduanera. Es un proceso secuencial, hay que crear en la región una zona de bienestar para evitar las criminalizaciones sociales y raciales. ¿Acaso no es penoso Putin con Crimea? Volver a las fechas de la Guerra Fría, de la bipolaridad mundial y de los muros entre naciones, va más allá del Cáucaso, está vigente en la vecindad México – Estados Unidos. Esa percepción escapa al Departamento de Estado, pero no a Peña Nieto que convenció a Obama sobre las oportunidades de transformar el paradigma del patio trasero, por una región económica de prosperidad y de vidas posibles. Policial no es el dilema entre los gringos y los mexicanos, sino económico: expandiendo el desarrollo más allá del Bravo, no harán falta drones, ni cédulas biométricas y menos aduanas inquisitorias. Porque la importación colombiana hizo de las aduanas centros de tortura, espionaje y fichaje, cosa que jamás se volverá a repetir en este sexenio, una vez erradicado el Plan Mérida. La primera parte del cambio bilateral, ya la atendieron Videgaray y Lew, la segunda se trató ayer en la modernización aduanera. Un gran segundo paso que lidiará con las rutinas burocráticas, los ancestrales atavismos y las subculturas regionales. Después de la Primera Guerra Mundial, aparecieron las fronteras, los pasaportes y las aduanas; Saint Exupéry en El Principito soñaba en un mundo sin límites, distante de los miedos de la seguridad nacional que hace palidecer la dialéctica del Comunismo y el Imperialismo.
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