Lo primero que entiendes cuando comprendes a Wittgenstein es que el mundo sería mucho más fácil si la filosofía en vez de haber sido dominada por Platón y Aristóteles lo hubiera sido por él. Sin embargo, la retahíla lleva a que Wittgenstein descifró a Nietzsche y derrumbó a Hegel casi que sin leerlo. El asunto del mundo es tan claro que se puede reducir a una frase. Eso explica por qué este tipo se la pasaba tan torturado sobre todo después de su paso por la guerra.
Después de la guerra Wittgenstein dejó de ser un marica. Es decir, siguió siendo homosexual pero ya no era marica. Por favor, siga leyendo.
La clave de este enredijo está en descifrar que Wittgenstein posiblemente tardó en digerir que todo fuera tan fácil, pero para llegar a desentrañarlo resultara tan complicado: le tocó desmadejar la cosa para que le entendiéramos siquiera la mitad.
También es claro que tuvo una leche terrible; quizás le debe todo al tesón de su padre. Le dieron una educación tan selecta y se crio en un ambiente de tanta sofisticación intelectual que no podía ser sino inteligente. No le quedó vuelta de hoja. Y eso lo advirtieron mejor los británicos que le ofrecieron todas las garantías para que botara corriente, incluso soportarle sus insufribles caprichos y berrinches, especialmente en la era dandi cuando todavía era marica.
Y cuál es la frase que puede dilucidar el mundo de un plumazo. Es tan original y simple que podría equipararse a una teoría física que lo explicara todo. Desde el momento en que descifras lo que hace el lenguaje ya podrías entender todo lo de la física. Al entender que el lenguaje puede modificar los resultados de un experimento, lo pillas. Y si la física no ha terminado de descifrar el mundo es porque no es suficientemente claro su lenguaje. Los avances científicos serían un derivado del lenguaje en tanto contiene más y más claridad. Y punto. Ya con esto ha derrumbado a todo Hegel, a Kant y a sus secuaces y, sobre todo, domesticado a Nietzsche, esa pildorita. ¿Y Descartes? Bueno, ya no más pienso luego existo, ni duda metódica, pues el lenguaje es el método.
Y ahora sí podemos adentrarnos en nuestra columna.
El caso es que fue la mamá de Uque quien dijo ante los reflectores, en vivo y en directo, la famosa noche de los resultados de la segunda vuelta, que ella podía dar fe de que Duribe era Duribe y Uque, Uque. Y, claro, ahí estaba toda la clave de la política nacional. Ella podía decirlo, pero los colombianos no alcanzábamos a entenderlo todavía. Si Duribe no estaba en el recinto, no podíamos comparar si lo que estaba diciendo era cierto, pero como ella había dado a luz a Uque, nadie le podía discutir su certeza, así no estuviera viendo a Duribe.
Pero algo nos tenía confundidos: Gaviria dijo ante las cámaras también, en una entrevista con Yamid Amat, que Colombia no había tenido jamás gobiernos títeres y que estaba seguro de que esta vez tampoco lo habría. Lo decía con tanta obsesión que no había forma de no creerle que iba a votar por el chico De la Calle. No obstante, ya para la época, el mundo pudo haber sido fácil de leer: De la Calle era un Lazarillo de Tormes y Gaviria lo tenía embobado a punta de pellizcos y coscorrones, y una dieta láctea de votos impresionante. Y qué pasó. Bueno, todos vimos la magia circense. Colombia estupefacta columbró cómo Gaviria desafiaba la ley de la gravedad, incluso de la relatividad, y en un salto escalofriante y espasmódico para cualquier mortal voló por los aires, atravesó limpiamente el Tequendama en un triple giro hacia adelante y hacia atrás, y vino a dar sin un rasguño a las toldas que luego le permitieron enviar a su esposa Ana Milena a la embajada donde los egipcios experimentan con las momias. ¿Por qué escogerían ese sitio?
Pero se sabía algo. Gaviria debía saber ya para ese momento que Uque era Uque y Duribe era Duribe, nadie como él para descifrarlo pues era quien estaba sabiendo más de títeres que ninguno en la historia nacional. ¡Así de sencillo! Obvio, para él, manejar a de la Calle era cosa de niños. Igual, ninguno de los dos tenía votos. Gaviria había llegado con los votos de Galán y de la Calle había sido ascendido al estrellato nacional por Gaviria. Y no hay nada más que decir.
Y ahora viene la segunda parte. Cómo devino Uque en Uque. Uque devino de manera también fantasmagórica. Es el presidente que más rápidamente se ha convertido en residente. Mientras Uque iba hacia su posesión M’acias daba los últimos toques a su discurso después de terminar el bachillerato. Todo sería lo más parecido a una sesión solemne. Del bachillerato por radio. Con ese discurso quedó claro que Uque tenía que ser Uque, para que Duribe siguiera siendo Duribe.
Y ahora viene la tercera parte. Cómo terminó siendo Duribe, Duribe. Muy fácil. Excesivamente fácil. Duribe tornose Duribe cuando se volvió uquista. De tanto andar juntos algo tenía que pegársele. Y ahora ya tenemos clara la fórmula. Ahora ya sabemos cómo es que la mamá de Uque pudo descifrar con anticipación la terrible trama que aqueja a la fingida política colombiana. Es una doble transformación: mientras Uque se convertía en Duribista, Duribe se transformaba en uquista; es como, el común denominador lo que alcanzó a obtener la señora. Obvio, al darse cuenta de la diferencia, de alguna manera establecía la semejanza.
Y ahora viene la cuarta y última fase. Pero caben algunas aclaraciones. Sabido es que Duribe fue aclamado como de mente superior, nada menos que por otro de mente superior, Ubdulio, que también fue trocado. Es decir, tenía un brillo que Uque no chantaba. La prueba está en que pudo ungirlo. Entonces lo que está sucediendo es que mientras Duribe se está volviendo uqueista, Uque se está reconociendo más duribista. Y todo se vuelve opaco e inmóvil. Por eso es que la última fase interpreta esta doble imbricación que podría llamarse de cómo una diferencia tanatológica deviene en una transformación teratológica. Introduzco esta clave porque todos estamos esperando el momento en que la residencia de Uque empiece a producir sus propios falsos positivos que no sabemos cómo los van a llamar. Lo tanático, su nombre lo indica, proviene del dios griego Tánatos, supuesto hijo de Nix; lo teratológico es más cercano, proviene la mayoría de las veces de la intoxicación por plomo. Obsérvese cómo las sutilezas introducidas por la comprensión del lenguaje inauguradas por Wittgenstein al fin tocan las membranas más intrincadas de la política colombiana, jamás dilucidadas antes.
Y aquí llegamos al fin al punto central que se quería demostrar: Duribe se ha uqueisado tanto que ya desciende a decidir quién será o no gobernador y alcalde; es decir, podría estar descendiendo a ese entorno grandilocuente y fantástico en que el Gordo García, con toda su eminencia, medraba. Y por otra parte, Uque se ha duribisado tanto que ya casi funge de residente en ejercicio.
¿Por qué ese descenso al infierno de Duribe y de ascenso al mismo de Uque?
No hay nada de qué aterrarse. Haciendo un corto recorrido histórico podemos precisar que cualquiera hubiera pensado que una milmillonésima de segundo antes que Santos dejara el poder, el Duribismo intentaría transformar el mundo. Y qué pasó tan súbitamente. Pues que Uque era Uque y no daba para tanto. Y en el senado, tampoco, M'acias alcanzaba más que a bachillerear. El resto bachillereaba con él pues no podía elevar el nivel del discurso sin deslucir a su flamante presidente. La prueba está en que Paloma, por ejemplo solo fue brillante cuando denigró de Petro quien se lució con su discurso hasta ahora irrefutado contra el fiscal.
Y ahora todos han descendido a los infiernos. La prueba, más allá de toda duda racional, es el lujo de presidente del Congreso que se dan. En esas condiciones es entendible que próximamente Duribe otorgue avales de candidaturas de alcaldías y gobernaciones por correspondencia. Todo sería más comprensible si se aclarara que los contenidos de los frascos de mermelada con albaricoque se van a repartir en los entes regionales. Acaso no escucha la prensa nacional el estruendoso silencio que se esconde sobre los otrora encendidos discursos contra la mermelada en el congreso.
El Congreso habría dejado de ser el epicentro de la política. El Congreso estaría siendo un falso positivo gigantesco. Otrora los debates los alentaba la repartición de los frascos más algunos refrescos. Y, una que otra vez, algún brillante debate aislado sobre la sociedad del anillo, de la que tampoco ha vuelto a saberse nada desde que el senador UJerlein pasó a buen retiro. El Congreso todo se ha duribisado, tan es así que ahora debe descender a debatir sobre mermelada albaricoquera con los gobernadores y alcaldes. Si siguen perdiendo jerarquía nadie querrá ser congresista o todos caerán bajo el rasero duribista, adocenados, peleando curul con M'acias en lista única.
¡Hágame el bendito favor!
Nota. Aunque no es el tema principal espero haber dilucidado de refilón que ser marica no es lo mismo que ser homosexual. Por ejemplo, Gaviria no fue marica, su triple salto mortal le aseguró una cuota que pelechar sin cambiar de género.
