Me tomó un par de minutos empezar esta nota. El título normalmente aparece cuando ya está terminado porque viene a ser casi la síntesis del mismo, pero esta vez fue diferente. Primero pensé en colocarle, por motivo de una premonición irresuelta y ahora ya cumplida, Coño de tu madre, por los acontecimientos de ayer en las fronteras de Venezuela, pero, para evitar lo peyorativo, lo dejaré como está para evitar suspicacias.
Allí pasó lo que muchos pensábamos que ocurriría: que la ayuda humanitaria no tendría los resultados esperados por sus promotores. Yo, por ejemplo, publiqué el sábado 23 de febrero muy temprano, antes de cualquier acontecimiento, un poema en donde en unos muy pocos versos contextualizaba la situación de nuestros hermanos y vecinos, expresaba mis serias dudas de un final feliz para el bravo pueblo y advertía sobre el posible desarrollo negativo para este ante la reacción violenta de sus opresores.
Incluí que el desarrollo de los acontecimientos traería consecuencias negativas para Colombia, menos mal eso no ha pasado por ahora, que la sangre que se derramara fuera colombiana, como ya muchos piden y exigen desde la comodidad de sus poltronas, como Jaime Bayly, quien desde su programa incita a la guerra. ¿Quién más que Colombia sea la llamada a dar esa batalla?
Bueno, trataré de hacer una lista somera de ganadores y perdedores del 23 de febrero en la frontera.
Ganaron
- Richard Branson. El multimillonario organizador del concierto de quien muchos pensamos ¿este señor qué pitos toca en nuestro país? Bueno, él ya incursionó aquí con Virgin Mobile, su empresa de celulares que terminó recogiendo, pero muy seguramente tenga la espina de ese fracaso y quiera volver a llegar a Colombia y Venezuela con Virgin, la aerolínea. Tal vez dentro de poco ya la veremos no atendiendo vuelos internacionales, sino también rutas domésticas. En todo caso, él quedó muy bien posicionado a un bajo precio para volver a intentar aquí cualquier inversión con respaldo del gobierno.
- El régimen de Maduro. A este le dieron ocasión de mostrar su dureza y su forma de sacar provecho de las situaciones de dolor de su pueblo. Tiene claras las lecciones de sus mentores: Cuba comunista, la única que casi todos desde siempre conocemos, con su aparato represivo, el cual sabe sacar doble provecho de sus emigrantes (económicamente, cuando le alivian al irse y cuando estos se convierten en generadores de ingresos por medio de remesas). China, con inversiones en el petróleo de Venezuela, del cual casi es dueña y que les dio su ejemplo de represión de la plaza Tiananmen, donde se dice fueron asesinadas más de 10.000 personas. Estos dos países son quienes ahora le tienen clavadas sus garras a Venezuela.
- Donald Trump. Al muy bajo precio de algunos contenedores de medicinas y alimentos ha reforzado su posición republicana o de derecha ante las elecciones presidenciales por venir en su país buscando su reelección. Él ya dio lo que tenía que dar y hasta ahí llegará. No enviará más ayuda humanitaria, ni menos marines con órdenes de acción. Si al futuro puede tomar control del petróleo de Venezuela a bajo precio lo hará, pero por ahora no incrementará su apuesta en la región.
También, pírricamente, ganaron todos los artistas que mojaron tarima en el concierto, pero no sé, algo me dice que ya para el momento deben estar arrepentidos de haber participado. Como se dice, dieron mucho visaje y eso les puede significar más que amigos, ganar algunos enemigos peligrosos.
Perdieron
- Iván Duque Márquez. Ahora tiene ya el rompimiento total de las relaciones con Venezuela, además de una imagen desfavorable ante más de medio país por interesarse más en este problema limítrofe y en el pueblo venezolano que en gobernar en pro y para su pueblo. Incluso, debe tener hasta el menosprecio de Trump por actuar ante él como su perro faldero.
- Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, presidente de Chile. Su imagen quedó mal, aunque en menor proporción que la de nuestro mandatario por idénticas razones, pues también tuvo menor su exposición.
- Juan Gerardo Guaidó Márquez, presidente interino de Venezuela. Se está desdibujando a pasos agigantados a la vista de todos por carecer de poder real para nada más allá de dar declaraciones e intenciones para él irrealizables.
Perdió también y mayoritariamente el pueblo de Venezuela, fragmentado y en diáspora, pero entre ellos también hay ganadores que son los parciales al régimen que en su medida tendrán retribución a su lealtad.
Por último, perdió el pueblo colombiano. Como se dice, nos quedamos con el pecado y sin el género. Ya Maduro no tendrá que ocultar su simpatía y apoyo a los terroristas y narcos que delinquen en nuestro país y se resguardan en Venezuela, además seguirá feliz gozando de la diáspora de su país al nuestro que mucho le alivia.
Ahora, ¿qué hacer en el punto en el que estamos?
Primero, debemos recordar que tras la subida de Castro al poder en Cuba, los Estados Unidos intentaron, con una pésima planeación aunque con mucha exposición mediática, la retoma de Cuba en Bahía Cochinos con un fracaso estruendoso. A esta le siguió por muchos años, para aliviar el orgullo americano, el aislamiento de la isla que cada día fortalecía a esta última.
Podemos inferir por esta experiencia que intentar un aislamiento del pueblo venezolano solo traerá más dolor y desesperanza para este en tanto que los poderes crecientes de los regímenes chino y ruso pueden apuntalar a Maduro y el régimen cubano puede seguir aprovechándose de ellos mientras le sigue asesorando en represión.
El panorama se ve muy difícil. Por ahora, lo mejor para Colombia es que nuestro presidente dé prioridad a nuestros problemas internos, a menos de que quiera que el país siga descuadernándose. Está claro que debe distanciarse del problema venezolano, al tiempo que establecer unos criterios más rigurosos con respecto a la inmigración venezolana, para que ellos comprendan individualmente que su solución está más en luchar organizadamente por la democracia en su patria que andar inmersos en una diáspora que nosotros no podemos asumir indefinidamente, ni a ellos al final los beneficia.
