Un general debe, por ley, abandonar su puesto luego de estar en él dos años, pero ¿qué pasa cuando un general (comandante de las Fuerzas Militares) es relevado del cargo y en su lugar ponen a un mayor general (segundo comandante del Ejército o de la Fuerza aérea)? Pues este caso obedece a fines políticos.
Se les denominan “Generales de la paz” a aquellos generales como Alberto José Mejía Ferrero, excomandante de las Fuerzas Militares; Javier Flórez, exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares, y otros generales, coroneles, capitanes de la fuerza pública, que estuvieron, directa e indirectamente, en las negociaciones de paz con la exguerrilla de las Farc.
El gabinete de Iván Duque había dicho que tan pronto este tomara el poder de Colombia iba a hacer algunos cambios en la cúpula militar. El presidente relevó al excomandante del Ejército, el general Ricardo Gómez; también a Alberto José Mejía Ferrero, y a otros generales, quienes llevaban no más de un año en esos exclusivos rangos. Estos puestos fueron ocupados por los mayores generales Luis Fernando Navarro Jiménez y Nicacio de Jesús Martínez Espinel.
Luis Fernando Navarro Jiménez (ocupa el puesto de comandante general de las Fuerzas Militares) fue denunciado por un grupo de abogados ante la Fiscalía por incurrir en tráfico de influencias, filtración de información oficial sobre procesos en contra de militares en casos de falsos positivos. Nicacio de Jesús Martínez Espinel fue cuestionado por su supuesta participación en los falsos positivos cuando era comandante de la Quinta División del Ejército, y la Justicia Penal militar le abrió una investigación por un desvió de dineros de la Cuarta Brigada.
Todos sabían que el presidente Duque haría cambios, pero fue sorpresa el nombramiento de estos dos generales. “El presidente Duque es el comandante en jefe de las Fuerzas Militares y por eso puede hacer lo que le venga en gana”. Dice José Obdulio Gaviria en una entrevista para Blu Radio.
Algunos generales de la paz fueron presionados por José Obdulio, quien les dijo a dos: “Santistas y enmermelados, afectos al proceso de paz. Se les olvida que hay nuevo presidente”. Paloma Valencia, del Centro Democrático, también ha sido señalada de presionar a militares para que apoyaran sus propuestas a las modificaciones de la JEP. Cuando era el segundo comandante del Ejército, Luis Fernando Navarro Jiménez, firmó una carta que fue enviada a Paloma Valencia, manifestándole su apoyo a las propuestas que tenía para la JEP, argumentando que “son necesarias para la seguridad jurídica de los miembros de la fuerza pública”. Luego, y quizás por ese “gran apoyo”, fue nombrado sorpresivamente en ese puesto tan importante.
Estos generales fueron escogidos por tener afinidades políticas hacia el partido de gobierno: el Centro Democrático.
¿Con qué autoridad moral estos nuevos y polémicos generales pueden hacerse cargo de algo tan complejo como lo es el posconflicto?
