No se puede andar tranquilo, dos fleteros casi me matan tras retirar mis ahorros

No se puede andar tranquilo, dos fleteros casi me matan tras retirar mis ahorros

Probablemente me siguieron luego de salir del banco. Me arrinconaron, encañonaron, golpearon y quitaron el bolso. Acá la historia junto con algunas cosas que aprendí

Por: Johana Martinez
febrero 05, 2019
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No se puede andar tranquilo, dos fleteros casi me matan tras retirar mis ahorros

Estaba ahorrando para un proyecto de vida y el 17 de enero de 2019, el mismo día del atentado en la Escuela General Santander, a las 2:30 p.m., hice un retiro del Bancolombia de la calle 26 # 32 - 61, en el barrio Acevedo Tejada de Bogotá. Esta es mi historia:

Al entrar al banco observé que había poca gente. Tomé mi turno por medio de una máquina y subí al segundo piso. A los 5 minutos me atendieron en la ventanilla número uno y allí comencé a observar las primeras falencias de seguridad:

  • El cajero no tenía carné que lo identificara como funcionario del banco.
  • El cajero se levantó de su puesto 3 veces antes de entregarme el dinero y lo contó 2 veces en 2 máquinas cuentabilletes.
  • Me tomó las huellas de todos los dedos en un huellero digital varias veces.
  • Me demoró mucho tiempo, más de 15 minutos.
  • Nunca me brindó la opción del acompañamiento policial.
  • Le pregunté acerca de la clave dinámica que ofrece Bancolombia, ya que la tenía desconfigurada en mi celular, y me dijo que descolgara el teléfono de atención y pidiera la asesoría correspondiente.

Pues bien, tras esto verifiqué el dinero recibido y lo guardé en mi bolso. Antes de salir observé que a mi alrededor, o sea el segundo piso, solo había dos personas por ser atendidas y que en el primer piso sí había más gente. No noté nada sospechoso. Salí caminando por la calle 26 en sentido occidente–oriente, hacia el barrio Gran América, ya que me dirigía hacia Coopebis, en la carrera 31 A # 25ª -17, a 4 cuadras del banco. Giré por el Compensar, ya habían pasado 2 cuadras, cuando en la calle 25b con 31ª escuché que se acercó una moto de color negro, más o menos de 100 CC, tipo AKT. Eran 2 sujetos. Se subieron al andén y me arrinconaron con la moto contra la pared de una casa. El parrillero se bajó, me señaló y me dijo de un grito: “El bolso”.

Si me preguntan, las características que recuerdo de estos personajes son:

  • El parrillero no tenía casco, llevaba una gorra negra. No tenía barba, pero sí cejas tupidas. Era trigueño (ni blanco, ni negro), tenía ojos negros, era delgado, medía 1.80 cm y llevaba un saco cuello tortuga gris con negro y botas de cuero.
  • El piloto no se dejó ver la cara, era obeso.
  • Se cuidaban de no hablar mucho, para que no les identificara el acento.

Pero bueno, retomando, apenas me pidió el bolso, sacó un arma de fuego, me apuntó a la cara y disparó al aire. Allí comencé a gritar, no sabía cómo reaccionar. Iba a entregarle el bolso y una bolsa que llevaba con unas radiografías de una operación de rodilla, pero no sé cómo me enredé y no pude. Fue ahí cuando el tipo empezó a pegarme con la cacha del arma en la cabeza y vi que comenzó a caer sangre al piso. El ladrón, como tenía una altura de más de 1.80 cm, me zarandeó y me quitó las bolsas. Me dejó en el piso, se llevó lo que tenía, se subió a la moto y se fue en el sentido hacia Corferias.

Con el ruido del disparo comenzó a llegar mucha gente del sector, al igual que 2 policías. Cuando me toqué la cabeza, sentí que estaba lavada en sangre. Lo primero que me preguntó uno de los policías fue que si tenía EPS, a lo cual le contesté que estaba afiliada a Compensar. Antes de que un vecino de ese sector me llevara en un carro a la Clínica Mederi, el policía me dijo que había cámaras y que esto facilitaba la investigación.

En fin, los policías me escoltaron en la moto hasta urgencias y, como no tenía acompañante, uno de ellos se quedó conmigo mientras llegó un familiar. Llamé llorando desde el celular de mi familiar a Bancolombia para bloquear la tarjeta de crédito y débito, mientras la asesora descaradamente me ofrecía otra tarjeta. Recibí una atención adecuada en la Mederi y una incapacidad por 8 días. Gracias a Dios me encuentro en recuperación. Después puse el denuncio ante la URI de Puente Aranda, me remitieron a Medicina legal y hasta el momento la policía solo me ha dicho que se inició el proceso de investigación en el banco, pero no se ha mencionado lo de las cámaras en el lugar del robo.

Con todo esto fueron varias las lecciones que aprendí:

  • No salir con grandes sumas de dinero a la calle.
  • No retirar por ventanilla en una sucursal bancaria sobre una calle, es mejor en centros comerciales.
  • Al salir de un banco revisar si estoy marcado por la espalda, no llevar ropa de colores llamativos.
  • Abrir una cuenta de ahorros en el banco en el que le van a desembolsar el dinero.
  • Si ve una moto o vehículo sospechoso, devuélvase, cambie de acera, evite que lo encierren, actúe con precaución.

La gente no cree en Dios, pero hasta que le suceden cosas como estas es que lo hacen. Busquemos a Dios diariamente, hagamos las cosas con precaución y tengámoslo presente en todas nuestras decisiones, ya que el hombre puede hacer muchos planes pero es él quien decide. Todo tiene su pago en la tierra como en el cielo, sé que las personas que hicieron esto van a recibir sus consecuencias.

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