El muelle de Puerto Colombia, en su momento el más largo del mundo, construido por el ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros y por el que entró la primera gran migración de extranjeros del país, al finalizar la Primera Guerra Mundial, se venía a pique por el abandono al que fue sometidos en la última parte del siglo XX.
Desde entonces los pobladores de esta ciudad, que tiene nombre de país, han luchado sin pausa para reconstruir lo que queda de esta obra fenomenal .
El Gobernador Eduardo Verano, quien en su primer mandato vio sucumbir el muelle se propuso junto a su Secretaria de Cultura María Teresa Fernández reconstruirlo en su segundo mandato . Pero la burocracia bogotana parece haberse aliado con la “loca”, como le llaman en el caribe a los vientos de enero para evitar que se lleve a cabo uno de los proyectos turísticos más ambiciosos de la región.
Los trámites burocráticos que trae el cambio de gobierno nacional detuvo el proceso y ahora entre funcionario y funcionario, Fontur que tiene la responsabilidad de sacar adelante el proyecto confabula, como lo hizo el agua, el aire y el olvido para dejar detenido el proceso.
Del muelle solo quedan 200 de sus 400 metros originales y de no actuar con rapidez, la velocidad de los vientos terminará por borrar lo que queda de el. Mientras tanto María Teresa Fernández, porteña como el muelle, hace esfuerzos por evitar que esto suceda haciendo todos los esfuerzos como cuenta en esta entrevista.