La semana anterior se concretó la alianza entre el Polo y la UP. Son varias las ventajas, inconvenientes, y expectativas de tal unión. En primer lugar, hay que tener claro que si se hizo la alianza fue porque la dirigencia de ambos partidos comprendió la necesidad que tenía del otro. Hacía meses el senador electo, Iván Cepeda, había llamado a la unidad de la izquierda, no siendo escuchado por las mayorías en su propio partido, el Polo. Ahora, hay que comprender que una alianza como la que se plantea es casi un hito de la izquierda en Colombia, pues parece ser una reconciliación entre esas fuerzas políticas que hace décadas se escindieron por razón, entre otras cosas, de la cercanía o no con los procesos subversivos armados. ¿Vientos de paz?
Las ventajas que tiene la alianza: En primer lugar, por supuesto, en lo electoral, donde la sumatoria de votos entre las dos fuerzas puede impulsar la candidatura hasta al menos el tercer puesto, detrás de Peñalosa. Además son dos mujeres y, sin decir que eso esté bien, puede ser ese un criterio de apoyo a una candidatura. Aparte de esto, ambas han manejado un discurso de defensa de lo público y de los intereses nacionales. Se han mostrado en contra de los aspectos dañinos de los TLC, y han apoyado siempre las causas sociales de estudiantes, campesinos, indígenas, entre otros muchos sectores. Esto se muestra como otra ventaja, pues en el contexto de los paros agrarios, el discurso de la izquierda tiende a materializarse en acciones que, dejémonos de vainas, la población en las ciudades comienza a comprender. Especialmente, los paros serán el momento perfecto para realizar campaña entre los inconformes, y hay que ver las votaciones de Alberto Castilla, líder campesino del Catatumbo, y ahora senador, para poder entender, en parte, la cantidad de gente que está inconforme.
Los inconvenientes también existen. En el Polo, la vicepresidencia de Aída Abella no fue unánimemente aceptada, y por ejemplo la tendencia del senador Robledo, el MOIR, había propuesto a Rodolfo Arango, candidato del Polo al Senado, como vicepresidente. Sin embargo, respetaron la elección. Aún así, esta es una muestra clara de la fragmentación total de la izquierda, y pone en duda la durabilidad de la alianza. Más cuando el vicepresidente puede, como en este país, ser simplemente ignorado de la toma de decisiones, y la representación de la UP quedarse en nada. Otro ejemplo es la Cumbre Agraria de este fin de semana, en donde se definió convocar a paro nacional. La UP está muy comprometida con el asunto, pero el silencio del Polo es total. Otro de los inconvenientes es la disputa Polo- Petro, y el eventual apoyo de Navarro Wolff al candidato Peñalosa. Son votos que le harían falta a esta alianza, así que amanecerá y veremos.
Las expectativas para la alianza serían, finalmente, que Clara López pueda hacer una gran labor en los debates que se vienen, y sus bases y las de la UP, una gran campaña en las ciudades y en las regiones. Que el paro agrario vuelva a atraer la atención de los medios, abriendo un espacio para los discursos de izquierda. Que así, Clara López supere a Peñalosa y pase a segunda vuelta con Santos. Que Navarro recapacite al fin y la mentira de la Alianza Verde se desintegre para apoyar a López en la segunda vuelta. Suena utópico, pero si no es así, no es de otra forma.