Creo que debe hacerse el ejercicio de tratar de entender lo que es ser un medio de comunicación independiente (lo que significa que sus posturas no estan alineadas con el gobierno o con poderes económicos hegemónicos) en un país como Colombia. Precisamente un país como el nuestro necesita un medio de comunicación como Noticias Uno, porque tristemente, vivimos en el país en el que el trabajo de la fiscalia lo hace un noticiero de televisión. Una prueba lamentable de nuestro subdesarrollo.
Es fácil ver este programa de televisión como una caja de pandora, de la que puede salir cualquier cosa. Esto no es culpa del noticiero, es más un hecho derivado de lo increible de nuestra realidad como Nación, porque al final de la historia, los medios solo actuan como espejos de la nuestra realidad.
Es un hecho que hay que reconocer que la agenda informativa y de opinión de los últimos 60 días en Colombia, la impusó Noticias Uno. Le salió natural y sin esfuerzo. Desde las grabaciones de Jorge Enrique Pizano hasta el caso de violación de la teniente de la policia, pasando obviamente, por la denuncia de las presuntas irregularidades de Carlos Valdés como dierector de Medicina Legal, entre otros.
En un ecosistema de medios de comunicación como el que disfrutamos en la actualidad, empieza a fortalecerse el nicho de los espacios de producción de información altamente independientes, que por las condiciones de nuestra sociedad, terminan actuando como agentes de denuncia por concentrar su trabajo en temas concientemente ignorados por otros medios.
La supervivencia de estos espacios depende de una economía diversificada y madura que asegure el financiamiento a través de pauta publicitaria.
El espíritu y el trabajo de un medio realmente independiente siempre pisará los callos de grupos y sectores económicos poderosos y omnipresentes que afortunadamente y gracias a lo diverso de nuestra economía, no logran controlar toda la pauta publicitaria de la que depende el funcionamiento de la televisión.
Me pregunto cómo sería el trabajo de este noticiero y de otros medios como Las2orillas, La silla vacía o La nueva prensa si Colombia fuera un país radicalmente diferente. Con índices de corrupción y desigualdad menos vergonzosos y en general, con una historia social más tranquila y menos ultrajada por la violencia y el narcotrafico, no sería tan vital la labor heroica del periodismo de denuncia, contestatario y valiente. Nuestra sociedad necesita las voces disidentes y los medios independientes para mantenerse viva y crítica consigo misma, eso es elemental. Claramente, debe existir alguien que se interese por escudriñar esa gigantesca porción oculta del iceberg en el que flotamos como país.
