SE LE CAYÓ EL HÁBITO A LA MADRE ABADESA
Hace unos días el procurador Carrillo, actuando como lo hacían las monjas abadesas del medioevo, suspendió sin fórmula de juicio al alcalde de Bucaramanga por haberle pegado un manotazo en la nunca a un concejal que lo increpaba. La actuación sancionatoria, que fue aplaudida por los medios, pero en especial por quienes han calificado al alcalde Hernández de viejito rico, antipático y terco, dejó satisfechos a los liberales que siempre han ordeñado la vaca del presupuesto de la capital de Santander. Para el Tribunal Superior de ese departamento, ha sido lo contrario. La medida adoptada por la reencarnación de la madre abadesa medieval fue suspendida ipso facto ser y su anulación definitiva debe ser considerada después del 15 de enero por violar claros derechos fundamentales como los del debido proceso pues el alcalde sancionado nunca fue oído antes de ser castigado.
MISERABLE, INNECESARIA Y DAÑINA
La vapuleada Ley de Financiamiento que presentaron el Principito y su Alcabalero para encubrir una reforma tributaria innecesaria, fue finalmente aprobada esta semana por el Congreso como cualquier miserable colcha de retazos contradictorios, no por las virtudes que a ella le son ajenas sino porque el gobernante, contradiciendo lo que dijo en campaña y durante los primeros 90 días, les elevó a la categoría constitucional la mal llamada mermelada. A partir del año entrante, entonces, los auxilios parlamentarios vuelven al presupuesto de la nación a través del Fondo de Inversión de Iniciativa Congresional y como ellos son la madre de la corrupción que azota a Colombia y la tiene arrinconada, el clima de zozobra va a crecer inmisericordemente porque además de esa vagabundería, el daño a la clase media, sancionada una y otra vez en esa ley para que pague muchos más impuestos, puede llevarnos a un estallido estruendoso más temprano que tarde.
PARECE QUE SOROS ESTUVIERA DETRÁS
Cuando se valoran las medidas contra la clase media adoptadas por el gobierno del Principito y se comparan con los esfuerzos e ideologías que florecen en otros países en donde la mano del filántropo influyente de George Soros ha metido la mano, comienza uno a entender lo que pasa en Colombia. Se quiere acabar con la clase media haciéndola responsable de que pague todos los impuestos para que los ricos se enriquezcan más y los pobres se queden sin nada. La suspensión del subsidio a la vivienda de clase media, el racionamiento del gas propano para los campesinos y los habitantes de ciudades pequeñas, el aumento del impuesto a los trabajadores independientes y las personas naturales que declaran renta, hace parte de un elaborado programa nacional que encaja con lo que Soros patrocina en el mundo con su plata y con sus becas.