Julio Mario Santo Domingo alcanzó a cerrar el negocio de la vida antes de morir. En 2005 logró concretar la venta de la empresa familiar Bavaria a la británica-surafricana SABMiller a cambio de un 15 % de las acciones de esta multinacional, y con ello despejarle el camino empresarial a su esposa, hijos, nietos y sobrinos. Con esta movida, los Santo Domingo entraron a las grandes ligas de las fortunas del mundo y Alejandro, el primogénito hoy ocupa la posición 190 entre los billonarios de la lista de Forbes. El alto vuelo terminó con el matrimonio con la aristócrata inglesa Lady Charlotte Wellesley, hija del duque de Wellington.
Con esta fusión lograron un puesto en la junta en Londres, casa matriz de SABMiller, ciudad que se ha vuelto la segunda casa de Alejandro Santo Domingo quien ya empezó su descendencia y a donde se desplaza con frecuencia desde Nueva York donde reside. Su presencia en Colombia, sigue creciendo a través inversiones controladas desde Valorem con nuevos negocios como D1 (Koba), el fondo de inversión Terranum y tradicionales como Cinecolombia, pero la gran fortuna depende de las movidas empresariales. Fue asi como en 2016, con Alejandro como el negociador clave asesorado en primera línea por su primo hermano Carlos Alejandro Pérez Dávila, se concretaron los acuerdos que llevaron a la fusión entre SABMiller y la multinacional belga-brasileña AB InBev, creando el mayor fabricante mundial de cerveza.
Un año antes de este acuerdo, en 2015, SABMiller había adquirido la cerveza artesanal Bogotá Beer Company. En Colombia solo un 1% de la cerveza que se vende es producida artesanalmente, y toda la demás está en manos de los belgas-brasileros.
Bavaria que nació hace 130 a partir de dos hermanos alemanes, realizó un proceso de consolidación a manos de Julio Mario Santo Domingo desde finales de los 60s, que mediante la compra de las diferentes pequeñas cervecerías nacionales lo convirtió en el dueño de la industria. Poseedor el 71,8 % de las acciones de Bavaria, lideró el proceso de fusión con el Grupo SABMiller, y los britanico-surafricano pasaron a ser los dueños de la cerveza que se consumía en Colombia durante diez años. Hoy a través de la fusión apoyada por Alejandro Santo Domingo, esa propiedad pasó a AB InBev.
AB InBev (Anheuser-Busch InBev NV/SA), cuya sede principal se encuentra en Lovaina, Bélgica, vivió un proceso similar de consolidación, pero a nivel mundial. En los últimos treinta años a punta de fusiones y adquisiciones se ha convertido en la productora de una de cada tres cervezas que se consumen en el mundo. La gran movida se realizó en 2004, con la fusión entre la cervecera belga Interbrew, en ese momento la quinta del mundo, y la mayor cervecera de Latinoamerica, la brasilera AmBev. La historia de Interbrew, productora de Stella Artois, se remonta a antes de 1366, pero su inició de expansión comenzó en 1988 al unirse con Piedboeuf, para luego adquirir la marca canadiense Labatt. La brasilera AMBev es el resultado de la fusión de las compañías Brahma y Antarctica, quienes durante años se disputaron el mercado de ese país hasta que finalmente decidieron fusionarse.
En su proceso de consolidación mundial, AB InBev adquirió en noviembre de 2008 a Anheuser-Busch, productora de Budweiser, la cerveza más vendida en EEUU, cuyo origen se remonta a 1852 cuando otro aleman abriera la Cervecería Bavarian en San Louis, Missouri. Posteriormente en 2013, comprarian el Grupo Modelo de México, cervecería que exporta a la mayoría de los países del mundo. Es por esto, que hoy las marcas de Bavaria y BBC pasaron a ser hermanas de Corona, Modelo, Budweiser, Stella Artois, Peroni, Beck’s, Miller, entre muchas otras.
La propiedad de ABInBev está distribuida entre cerca de 2 mil millones de acciones, de las cuales 1,6 mil millones se transan en la bolsa Euronext en Bruselas. La mayoría de la empresa y por lo tanto ocho puestos en la junta, están divididos por mitades entre brasileros y belgas. Cuatro puestos pertenecen a los brasileros que representan a BRC S.à.R.L poseedora de acciones class B (Alexandre Behring, Paulo Alberto Leman, Carlos Alberto da Veiga Sicupira y Marcel Herrmann Telles) y cuatro puestos a los belgas que representan a Eugenie Patri Sebastien SA empresa poseedora de la acciones Class A (Paul Cornet de Ways Ruat, Stefan Descheemaeker, Gregorie de Spoelberch y Alexandre Van Damme).
Existen 326 millones de acciones restringidas, distribuidas entre Atria compañía que integra a Philip Morris la mayor tabacalera del mundo, y Bevco, perteneciente a la familia Santo Domingo. Atria posee la mayoría de estas acciones, que le significan el 9,57 % del total de AB InBev, y le da derecho a dos miembros en la junta directiva, posiciones que ocupan norteamericanos (Martin J. Barrington y William F. Gifford). Bevco posee las acciones restantes, un 5,01 % que le da derecho a la familia Santo Domingo a un puesto en la junta, el cual ocupa Alejandro Santo Domingo Davila, cuyas acciones a nombre propio equivalen al 1,7 % de InBev.
Los otros tres miembros de junta para un total de 14, lo conforman dos independientes (M. Michele Burns y Olivier Goudet) y uno no ejecutivo para la representante mexicana del Grupo Modelo (Maria Asunción Aramburuzabala).
Es esta gran multinacional, quién está dando la pelea contra el aumento del IVA, ya no son directamente los Santo Domingo, como en otros tiempos cuando el presidente de la empresa Augusto López se presentaba personalmente al congreso en los debates de las reformas tributarias. Ahora le corresponde a los representantes de los belgas-brasileros, con el vicepresidente de Bavaria Fernando Jaramillo interactuando en el congreso, intentar que esta medida no afecte el consumo.
En caso de mantenerse la medida, a los colombianos les significaría un un incremento de $ 475 para un precio final cercano a los $ 2.975 pesos por botella o lata, valor que sin duda afectará el bolsillo de los consumidores de la popular bebida.