Llevaban semanas amenazándolo pero Edwin Dagua Dipia no le dio demasiada trascendencia. Tenía mucho que planear, prever, atender su apretada agenda como gobernador del resguardo indígena Huellas de Caloto en Cauca. Le habían dado un guardaespaldas, un botón de pánico, un chaleco antibalas. En la tarde del viernes 7 de diciembre dos hombres en una moto lo interceptaron en el sector de la Buitrera. No tenía chaleco antibalas, ni lo acompañaba un guardaespaldas. Lo mataron a sangre fría. Un día después todo su pueblo se movilizó en su despedida
Esta es la explicación desde La Haya de la decisión de la Corte que responsabilizaría al Estado de los asesinatos de los líderes asociados que son vistos internacionalmente como acciones violentas, regidas por un patrón de comportamiento