Sobre el video en el que Gustavo Petro aparece recibiendo dinero sospechoso, el ahora senador no ha logrado dar explicaciones claras, ha sido desmentido y, más grave aún, los audios sugieren que no es la única plata que recibió en temas de un "negocio".
Además, quien le da el dinero, Juan Carlos Montes, fue ampliamente beneficiado y protegido por Petro durante su alcaldía, así como la esposa de este personaje, ingrato de recordar por la infausta máquina tapahuecos, que no podrá tapar esta vez el hueco en la imagen del exalcalde.
Como acostumbra, el senador aduce que esta es una persecución política, pero esta vez hasta sus propios simpatizantes esperan transparencia y argumentos que den luces sobre este video en el que se ve tan mal al que muchos consideran inquisidor de los corruptos, pero nada sorprende en Colombia, donde por ejemplo el fiscal anticorrupción confesó actos corruptos.
Tampoco se explica por qué uno de los abogados de Petro, Julio César Ortiz, sea simultáneamente abogado de la corrupta Odebrecht. ¿Quién entiende esta incoherencia de un personaje tan astuto como Petro?
La opinión pública, los medios de comunicación y hasta sus adversarios políticos han sido prudentes respecto a este video, pero la verdad es que si el protagonista de estas imágenes hubiera sido un personaje público de los gobiernos Uribe, Santos o Duque, o uno de los funcionarios públicos o representantes de los partidos políticos que los han apoyado, lloverían truenos y centellas, y el senador Petro estaría solicitando su renuncia inmediata.
Petro ha caído en un hueco difícil de tapar.