Cartagena y su fiesta atomizada
Opinión

Cartagena y su fiesta atomizada

A la fiesta que realiza Cartagena para celebrar la independencia de España le sobra experiencia, historia, personajes, música y tradición, pero le falta unidad

Por:
noviembre 14, 2018
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Para el poeta y dramaturgo T.S. Eliot una de las formas de acabar con la cultura de un pueblo es fragmentarla. Dividir tradiciones, usos y expresiones en piezas tan pequeñas que su rastro sea imperceptible. Eliot usa un verbo más preciso y cruel: “atomizar”, reducir al tamaño de un átomo.

En el lenguaje sicarial, “atomizar” solo tiene una acepción: matar.

Al finalizar la fiesta que se realiza en Cartagena para celebrar la independencia absoluta de  España, he pensado que a la fiesta le sobra experiencia, historia, referentes, personajes, música y tradición, pero le falta eso que pide Eliot para que la cultura no se siga fragmentando: unidad.

Solo el año pasado, por ejemplo, la discusión era por el nombre de la fiesta, esto resulta paradójico, porque han pasado 207 años y existen voces que se cuestionan.

El poeta Pedro Blas Julio Romero leyó en el Cabildo de Getsemaní 2017, con su vozarrón inquebrantable, acompasado por los cueros de un tambor bien acuñado, unos versos que, como cadenas a rastras, aún resuenan en el barrio:

Por lo tanto,
ya puedes volver a resingarte con tu madre
y no me vuelvas hablar de ninguna pinga de Fiestas de Independencia,
¡ni qué coño!
A mí háblame de mis Fiestas de Noviembre.

 

La poesía también testimonia, afirma el crítico argentino Enrique Foffani. Esos versos,  y otros que le siguen, revelaron un malestar que persiste. ¿Cómo nombrar las fiestas celebradas en noviembre en Cartagena? En los últimos 13 años se ha denominado Fiestas de la Independencia o Fiestas de Independencia.

Pedro Blas asegura que con tal denominación se busca borrar el pasado y sus significaciones históricas. Cartagena tiene un legado de nombres, referentes, bautizos y celebraciones. Una realidad, compleja, que no solo está en ancestrales gritos de euforia, proclamados luego de la independencia de Cartagena, sino en ese espíritu festivo que recoge la tradición de los cabildos de negro, que algunos llaman afrodescendientes, y otros, más académicos, cabildos de esclavizados, que se dieron desde el  XVI. Se olvida, establece el poeta, la devoción al goce en las fiestas de la Virgen de la Candelaria, de las calendas de danza y jolgorio.

 

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Ancestrales gritos de euforia 

 

Un periodista local, que prefiere el anonimato, se pregunta “de qué independencia se habla, si seguimos sometidos al yugo de la corrupción, a castas políticas, a familias de ratas y batracios, a alcaldes y concejales tramposos. La ciudad de peajes eternos, de directores de reinados…”

Con ambos, el poeta y el periodista, intenté hablar sobre Preludios Prenovembrinos y se armó el embrollo de voces: “Preludios  o gozones, los gozones se llaman Preludios de la Fiesta de la Independencia, que antes se llamaban Preludio Novembrino, que ahora lo llaman Preludios de Localidad, que en realidad no son Preludios de la Independencia, son desfiles con música. Hay bando, como dice la gente, pero hay desfile de la Independencia, y hubo Batalla de Flores, pero el Bando del 11 de Noviembre no es el 11 de noviembre, y hay banditos de barrios, el de Manga, el del Recreo, el de Las Gaviotas. Por qué desfile del 11 de Noviembre, mejor Bando del 11 de Noviembre. Hay tiradera de buscapies, hay policías repartiendo bolillos, hay delincuencia por todos lados, bolsita de agua de pescado…”  Las enunciaciones siguen.

En 2016, el reinado de Raimundo se fue y perdimos la oportunidad de hacer la verdadera fiesta del pueblo. Ahora volvió. Sigue siendo el evento parásito que se adhirió a las Fiestas Novembrinas, Fiestas de la Independencia, a comienzos de los años 30. Un parásito que fue alimentado por medios nacionales, revistas de chismes y farándula pretilera, multinacionales de cosméticos, y otros nemátodos nacionales. Llegó un momento en que su apariencia era tal, que era difícil establecer cuál era el perro y cuál la garrapata.

 

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Los Preludios de Localidad en realidad no son Preludios de la Independencia, son desfiles con música

 

Hace algunos años, entidades privadas como Funcicar, Surtigas, Sena, La FNPI, la Cámara de Comercio, entre otras, agregan y programan nuevas actividades a un festejo que sigue caracterizándose por una enorme tradición histórica y una ausencia de unidad que se asocie con el goce de la gente.

En la presentación del libro Los desterrados del paraíso, el periodista español Miguel Ángel Bastenier, señala una clave que podría, de cierta manera, fragmentar o atomizar la fiesta, él por supuesto lo dice para otros fracasos locales: “…Heroica, sin duda, un valor artístico sin parangón, incomparable enclave turístico del Caribe y de toda América Latina; pero, también, una ciudad que ha vivido traicionándose a sí misma”.

Fotos: David Lara Ramos

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