Si hay algo que ha hecho carrera en nuestro país, y para nadie es un secreto, es que nuestra democracia pretende parecerse mucho a la democracia gringa
Tenemos gobiernos de cuatro años como allá.
Teníamos reelección por una sola vez como allá.
El congreso es bicameral como allá.
Tenemos una cámara alta de 100 senadores como allá.
Y en fin, la idea es parecernos a ellos en todo, menos en la eficiencia para el manejo de los recursos.
En algo que también deseamos parecernos es en el número de estados o departamentos que tenemos, salvo un pequeño detalle, el tamaño del país.
Mientras para un área de 1.142.000 kilómetros cuadrados nosotros tenemos 32 departamentos, en promedio 36.000 kilómetros cuadrados por departamento; ellos, con 9.800.000 kilómetros cuadrados de área superficial (8.5 veces más que nosotros), poseen 51 estados, es decir un promedio de 193.000 kilómetros cuadrados por cada estado.
Si dividiéramos el área de Colombia en el promedio de cada estado gringo nos daría un máximo de 6 estados, eso sí, con la gran diferencia de que aquí hay una sola constitución y las mismas leyes se aplican a todos los departamentos (allá la pena de muerte, los juegos de azar o la legalización de las drogas, para hablar tan solo de algunos ítems, se manejan de forma diferente y la ley es distinta de un estado a otro, lo que significa que allá si son estados independientes).
Mi propuesta, doctor Duque, es dividir a nuestro país en ocho regiones que, en gracia de discusión, las he catalogado como: Caribe, Paisa, Pacífico, Amazónica, Andina, Frontera Norte, Llanos Orientales y Frontera Sur. Todas con un régimen especial diferente, sin la burocracia y el manejo político actual, que estaría supeditado a la reglamentación que el estado pueda darle.
Para darle una idea del ahorro que tendría el gobierno, le cuento que los departamentos tienen un presupuesto anual de 30.6 billones de pesos, de los cuales el 17% (5.2 billones) son gastos de funcionamiento, dinero que de plano se ahorraría el estado y la diferencia, es decir 25.4 billones, sería repartida entre los municipios del país y el gobierno central. Esto sería un buen negocio para todos, dejando una pequeña parte para la administración de los nuevos entes territoriales.
Reconocerá usted, señor presidente, que los departamentos son intermediarios entre el Estado y quienes verdaderamente deberían recibir los recursos como son los municipios, ya que no cumplen una labor de mando y control superior.
Y siguiendo con los gringos, le aporto otro dato importante.
Ellos tienen 100 senadores y 435 representantes a la cámara, para un total de 535 congresistas, que, dividido entre el número de habitantes norteamericanos (325 millones), nos da un resultado de un congresista por cada 608.000 ciudadanos.
Si en Colombia somos 49.000.000 millones y aquí tenemos 279 congresistas en dos cámaras, nos da que el promedio es uno por cada 176.000 habitantes, muy por debajo del promedio americano.
Si nos copiáramos de los gringos y tuviéramos el mismo promedio que allá por cada congresista, nos daría que el número máximo de padres de la patria sería de 80, lo que daría para que fuéramos unicamerales. Algo que con insistencia pide a gritos la gente.
Como ve presidente, sí hay opciones y sí hay alternativas. Lo que necesitamos es voluntad.
En Colombia no faltan impuestos, sobran ladrones.