Andrea Echeverry la reina del rock colombiano tiene un faceta escondida. El feminismo, el pacifismo, el amor y su desarrollada faceta feminina no sólo le ha servido para hacer música sino también pintura y escultura. Por eso la florecita rockera ha convertido sus canciones en cerámicas, piezas que critican el consumismo a través de los colores y formas que más que técnica tienen conceptos.
Hasta marzo el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá estará exhibiendo “Ruiseñora, Fuego y Canto”, una muestra llena de colores, flores naturales, corazones, calaveras, luces, velas y besos que buscan “bombardeos de amores” y “sonrisas en vez de karate”. Muchas de ellas están compuestas por objetos como bebes y mujeres que dejan ver su faceta de madre feminista.
La crítica de arte Ana María Escallón define esta retrospectiva como una combinación de rock, pop y folk con una estética poco convencional donde la gran protagonista es la humildad.
En la exposición se hace homenaje en varias piezas a la feminista Florence Thomas a quien además Echeverry hizo una canción en su último disco que habla sobre el significado de “ser mujer”. Piezas como Platos Adelgazantes y Los Cantantes nos permitirá conocer un poco más el universo de la cantante de Aterciopelados.
Fotos: Gina Borré